En
la región del Fruili-Venezia-Giulia, al noreste de Italia, fue
destruido en el mes de julio el primer campo de maíz transgénico con el
objeto de evitar el riesgo de contaminación a productos Made in Italy,
una acción destacada en materia legal, al entrar en vigor la ley del 24
de junio de 2014 n. 91 que sanciona por primera vez a las personas que
plantan transgénicos, con cárcel de seis a tres años.
“Las leyes se
hacen respetar, e incluso en consideración a que ocho italianos de diez (
un 76 por ciento) se oponen a la biotecnología”, resaltó Roberto
Moncalvo, presidente de la máxima organización de empresarios agrícolas
italianos y europeos, Coldiretti, quien divulgó la noticia en un
comunicado.
La multa para el trasgresor y promotor de Monsanto,
Giorgio Fidenato, por sus 6500 hectáreas MON810, puede llegar a unos 30
mil euros, y las autoridades de Friuli deberán definir cómo y en cuanto
tiempo estará obligado a sacar el cultivo vetado (ya destruido), agregó.
Coldiretti
destacó además la situación “alarmante y que significó tanta
preocupación en los últimos tiempos en los agricultores contrarios a los
productos genéricamente modificados".
Después de cuatro años de
debatir entre los estados europeos sobre el tema, y la fuerte presión
del 'lobbie' de las transnacionales como Monsanto, a nivel de la propia
Comisión Europea, la UE decidió que cada país adopte las medidas que
estime conveniente.
Moncalvo destacó que “para Italia los organismos
genéticamente modificados (OGM) en la agricultura, no solo significan
serios problemas de seguridad alimentaria, sino que persiguen un modelo
de desarrollo que es el grande aliado de la homogenización (monocultivo)
y el gran enemigo del 'Made in Italy'”.
En relación a la normativa
existente, explicó que “podrá ser perfeccionada en el semestre en que
Italia ocupará la presidencia en la UE, gracias a un esfuerzo del
Ministro del Ambiente Luca Galletti - a quien va nuestro agradecimiento-
ya que lo está tramitando de inmediato, y que daría una vuelta profunda
al cuadro regulativo europeo”.
“La prohibición del cultivo como
medida provisoria está ligada a un principio de precaución por motivos
ambientales y sanitarios, y llega a ser justamente una decisión
permanente asumida en base al modelo de desarrollo que cada país
pretende sostener”, analizó Moncalvo.
Solo 5 de 28 países en Europa
están cultivando OGM, según un análisis de la Coldiretti del 17 de
julio, a lo cual Moncalvo agregó, que esto es “pese a la presión de los
lobbies de quienes producen los OGM”.
Si bien estos cinco incluyen
Portugal, República Checa, Eslovaquia y Romanía, de las 148 mil
hectáreas de maíz Monsanto MON810, plantados en 2013, la mayor parte se
encuentra en España, con 136.962 hectáreas, lo que hace ver que es
prácticamente es el único país que produce maíz de Monsanto en Europa.
La batalla de Friuli
El
agricultor Giorgio Fidenato, portavoz del grupo Futuragra, entidad
nacida en los últimos años para promover el cultivo OGM y
biotecnológico, había anunciado meses atrás la plantación ilegal de maíz
MON810 en algunos de sus campos en Vivaro, Mereto di Tomba y en
Colloredo di Monte Albano, pese a que estaba prohibido en el país por el
decreto ministerial de julio de 2013 y en Friuli Venezia Giuliam por
una moratoria del marzo pasado, informó Green News el 17 de julio.
El
equipo Foresta Regional procedió a destruir los cultivos el 9 de julio
pasado en Mereto, pero en Colloredo, la forestal fue bloqueada por un
grupo de amigos del agricultor. El tema pasó a un recurso legal, y
finalmente la Justicia decidió hacer cumplir la ley, agregó el medio
italiano.
La presión de las compañías internacionales de transgénicos
impulsaron la “Línea de coexistencia de cultivos”, sin embargo un
documento técnico elaborado por la Agencia Regional de Desarrollo Rural,
“demostró con simulaciones numéricas en mano, las consecuencias
negativas de la coexistencia”.
“Es contraproducente”, remarcó Carl
Frausin, director de ERSA, según Green News. La zona cuenta con 22 mil
empresas, la mitad en montaña y con un promedio de cinco hectáreas cada
una.
ERSA anunció que está empeñada en controlar los cultivos de maíz
y soya en la región. En 2012 el grupo Greenpeace eliminó cultivos
trasngénicos de Giorgio Fidenato plantados ilegalmente. Ahora la norma
busca evitar cualquier tipo de contaminación.
La Administración
regional de Friuli Venezia Giulia con estas medidas espera poder poner
finalmente la marca “Libre de OGM” y proceder a un programa de productos
especialmente certificados locales.
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