El pasado 10 de Julio la organización ambientalista internacional Greenpeace reveló públicamente las intenciones del gobierno de Estados Unidos de legitimar la caza de ballenas que realiza Japón en el santuario de ballenas del Océano Austral. La denuncia se produjo a pocos meses que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) - el principal órgano judicial de las Naciones Unidas - dictaminara que estas matanzas son ilegales y ordenara a Japón revocar todos los permisos de la denominada caza “científica” de ballenas que ese país realiza en aguas del hemisferio sur.
De acuerdo a la información publicada por Greenpeace, el gobierno norteamericano habría desarrollado un texto de resolución para ser presentado durante la próxima asamblea plenaria de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que se realizará en septiembre próximo en Eslovenia. Esta propuesta invitaría en esencia al gobierno japonés a continuar matando ballenas en una zona protegida, afirmando de manera eufemística que “el muestreo letal (caza de ballenas)…es apropiado en relación a alcanzar los objetivos establecidos”.
La denuncia generó una ola de protestas a nivel mundial, que de acuerdo a la organización ambientalista habría detenido el avance de la resolución pro ballenera. “Fuimos contactados por un oficial del gobierno quien aseguró que EE.UU. no estaría proponiendo ninguna resolución sobre el Anexo P (que aborda la validez de los denominados programas de caza “científica” de ballenas) en la próxima reunión de la CBI”, afirma Greenpeace en el comunicado.
De Bush a Obama: La impunidad ballenera de Japón
Esta no es la primera vez que el gobierno de Estados Unidos busca legitimar la matanza de ballenas de Japón en Antártica. A pesar que en 2007 el entonces candidato a la presidencia, Barak Obama, prometió que bajo su mandato se fortalecería la moratoria y no se permitiría a Japón continuar con la matanza de ballenas, desde su llegada a la Casa Blanca su gobierno a continuado impulsando las políticas pro caza de ballenas que caracterizaron la administración de George W. Bush.
En 2010 el gobierno norteamericano impulsó con fuerza un fallido acuerdo pro ballenero que habría legitimado la caza “científica” de Japón en el santuario de ballenas del océano Austral, una zona designada para proteger a todas las especies de ballenas presentes en dicha área, independientemente de su estado de conservación. Luego en 2011 y junto a Nueva Zelandia, EE.UU promovió una propuesta de resolución que buscaba revitalizar el fracasado acuerdo del año anterior, el cual fue finalmente fue retirado por no contar con el apoyo de los países miembro de la CBI.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea, “este nuevo intento del gobierno de Estados Unidos por legitimar la matanza de ballenas en Antártica es mucho más grave que los anteriores, puesto que buscaría pasar por encima del dictamen de la Corte Internacional de Justicia, máximo organismo judicial de las Naciones Unidas, que ordenó a Japón detener inmediatamente estas matanzas, y revocar futuros permisos de captura, ya que violan la moratoria global sobre la caza comercial y el santuario de ballenas del Océano Austral”. Al respecto, la ambientalista agregó que “tras el fallo de la Corte, lo que se requiere ahora es que los demás países miembro de la CBI respeten el derecho internacional y hagan cumplir lo dictaminado por la Corte.”
Las frustradas intenciones del gobierno norteamericano son aún más preocupantes, si se considera que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, afirmó en Junio pasado que quiere enfocarse “en la reanudación de la caza comercial de ballenas mediante la implementación de programas de caza ‘científica’ (en Antártica)”. Es decir, el gobierno japonés busca reanudar la caza comercial de ballenas en una zona que fue designada en 1994 como santuario por todos los miembros de la CBI, a excepción de Japón, y para ello estaría recibiendo el apoyo del gobierno de Estados Unidos.
Al respecto, el director del Centro Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas, señaló que "esta denuncia hace que sea mas relevante que el bloque de los países conservacionistas Latinoamericanos, conocido como Grupo Buenos Aires - asuman el liderazgo para bloquear esta nueva maquinación del gobierno norteamericano en concomitancia con el ultranacionalista gobierno japonés, y hagan cumplir el dictámen de la CIJ durante la próxima reunión de la CBI. Es clave comprender que en la lucha por mantener la actual moratoria internacional de la caza comercial de ballenas están contenidos aspectos de soberanía y la defensa de los intereses estratégicos latinoamericanos en el continente Antártico y la alta mar. La reanudación de las operaciones de caza de la flota ballenera japonesa, sabotea de hecho el Sistema del Tratado Antártico, así como las medidas de conservación hoy que protegen a las diversas especies de peces, mamíferos y aves marinas que son parte de este vulnerable ecosistema contiguo a las aguas de Sudamérica ".
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