Hay una gran brecha fiscal entre las regiones españolas. "Cada autonomía sigue legislando de forma profusa y caótica", afirma el informe Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2014 del Registro de Economistas Asesores Fiscales. Los economistas destacaban que las mayores diferencias se encuentran entre Madrid, la que menos impuestos exige, y Cataluña, Andalucía o Asturias, las que más gravan al contribuyente.
La mayoría de las regiones apuestan por elevar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que se suma a la subida que ya impulsó el Gobierno de los conservadores del PP, tal y como publicó el BOE tras uno de los primeros Consejos de Ministros del actual Ejecutivo.
Otros de los impuestos que han aumentado en estos últimos tres años son el de Patrimonio, el de Sucesiones y Donaciones o el los hidrocarburos, uno de los más polémicos.
A pesar de todas estas subidas para aumentar la recaudación, las comunidades españolas siguen sin cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria que exige la Comisión Europea.
Según los últimos datos del Ministerio de Hacienda, los ingresos impositivos siguen cayendo. En 2013 la recaudación tributaria fue de 86.879 millones de euros, lo que representa un 20,4% menos que el año anterior, una caída influida por las altas tasas de paro.
En los últimos años, el Gobierno ha intentado anular los impuestos de comunidades que gravan lo mismo que el propio Estado, alegando ante el Tribunal Constitucional que exceden sus competencias.
Este dilema está previsto que quede regulado en la nueva reforma fiscal y la de financiación autonómica, que además, prevé una recomendación de bajar algunos impuestos, tal y como adelantó el Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. Estará destinado a las comunidades que más han ajustado sus cuentas públicas y de esta forma puede ser un buen reclamo electoral ante los comicios de 2015.
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