El
medicamento se habría administrado al doctor Kent Brantly a los nueve
días de caer enfermo. El Dr. Brantly llegó ayer a EEUU y ha sido
ingresado en una sala de alta seguridad biológica en un hospital
universitario de Atlanta, Georgia. El efecto en el paciente ha sido
“milagroso”, en palabras que recogía la CNN de uno de los doctores que
lo atienden. Otra paciente a la que se habría administrado el fármaco,
Nancy Writebol, se espera que llegue este martes a suelo norteamericano.
Anticuerpos contra el virus
La
empresa, Mapp Bio, lleva años desarrollando una terapia contra el virus
-conocida como ZMapp- en colaboración con el Instituto de Enfermedades
Infecciosas del Departamento Médico de la Armada estadounidense o
USAMRIID, por sus siglas en inglés. La medicación consiste en un cóctel
de anticuerpos monoclonales que se había mostrado efectivo en macacos
infectados con anterioridad. Si a los animales se les suministraba una
hora después de la infección, todos sobrevivían. Administrada 48 horas
más tarde, dos tercios de los animales vencían al virus.
Los
anticuerpos son moléculas que produce nuestro sistema inmunológico
capaces de reconocer y adherirse a ciertos rasgos característicos de
organismos invasores en nuestro cuerpo. El cuerpo humano es capaz de
producir anticuerpos contra el ébola de manera natural pero dada la
rapidez y agresividad de la infección, la mayoría de pacientes muere
antes de que sus defensas puedan eliminar al virus.
La
idea detrás del fármaco de Mapp Bio y otros similares en desarrollo es
obtener anticuerpos eficaces contra el ébola en animales o plantas que,
al ser administrados al paciente, puedan bloquear la infección. Su
efectividad dependerá de que los rasgos característicos del virus que el
cóctel ataca no cambien, algo que, en opinión del doctor Adolfo García
Sastre, co-director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes
de la escuela de medicina Monte Sinaí de Nueva York, es poco probable.
Una solución poco realista
Se ha tratado a dos pacientes, pero si se quisiera atajar la crisis sanitaria en África con este tipo de fármacos, sería imposible, al menos por ahora.
“La cantidad de anticuerpos que existen para poder tratar a la gente no
es suficiente”, dice García Sastre, quien nos recuerda que esta
estrategia se usa con normalidad contra otro virus altamente mortal, el
virus de la rabia. En este caso se administra un “concentrado de
anticuerpos extraídos de personas que han sido vacunadas contra la rabia
o gente que ha tenido la rabia” pero la cantidad de personas con
anticuerpos contra el ébola es insuficiente a día de hoy. Carencia que
el producto de Mapp Bio lograría franquear con éxito.
Uno
de los aspectos más interesantes de esta medicación es que aunque se
desarrolló inicialmente en animales de laboratorio, se produce ahora
usando la planta del tabaco como “factoría biológica”. Esta tecnología
reduce costes y mejora la calidad del producto que puede producirse en
apenas dos semanas -según reza la web de la compañía productora- lo que,
probablemente, fue una de las razones que estimularon el interés del
ejército estadounidense en el proyecto.
Un negocio en alza
Ante
la crisis, y sobre todo después del anuncio de CNN, los stocks de otra
compañía biotecnológica con otra prometedora terapia contra el ébola han
subido como la espuma. CNN Money informaba esta mañana de que las
acciones de la canadiense Tekmira Pharmaceuticals (TKMR), que tiene un
contrato de 140 millones de dólares para desarrollar TKM/Ebola con el
U.S. Department of Defense’s Medical Countermeasure Systems BioDefense
Therapeutics (MCS-BDTX), han crecido a pesar de que no se sabe lo
avanzado que está el desarrollo de este fármaco. La medicación recibió
en marzo, según uno de los portavoces de la compañía, la calificación
de fast-track lo que denota el interés de la FDA (la agencia
estadounidense reguladora de drogas y alimentos) en acelerar el
desarrollo de la misma.
Éstas y otras terapias son esperanzadoras, pero de momento no son una alternativa terapéutica. Ninguna medicación es capaz, hoy día, de curar de un modo definitivo y con seguridad la infección por ébola.
La
excitación mediática ante la epidemia de ébola es algo desproporcionada
en relación al riesgo real del virus. Al menos, esto es así en países
desarrollados donde los sistemas de salud son perfectamente capaces de
contener la infección. “A no ser que el virus cambie, que no parece que
esté cambiando, no creo que esto vaya suponer problemas para España o
para Estados Unidos o para países desarrollados”, afirma García Sastre.
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