Un programa de vacunación
contra el sarampión patrocinado por las Naciones Unidas en el norte de
Siria provocó que 36 niños sufrieran una “muerte atroz”, según relatan
los médicos de la zona, controlada por los rebeldes sirios.
Los niños que recibieron la vacuna
envenenada experimentaron rápidamente fallos cardíacos y vieron como su
piel adquiría un tono azulado.
Además de las 36 muertes reportadas, docenas de otros niños han caído gravemente enfermos.
“Al menos cinco niños han muerto
y otros 50 están sufriendo las consecuencias del envenenamiento y las
graves reacciones alérgicas después de la campaña de vacunación contra
el sarampión en Jirjanaz, en la provincia de Idlib” afirma el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Según el portal Infowars, el
Observatorio Sirio para los Derechos Humanos es una operación de
propaganda dirigida por un solo hombre, llamado Rami Abdulrahman, un
activista anti-Assad con sede en Londres.
Sea como sea, decenas de niños están muriendo y está muy claro que sus muertes serán usadas como vehículo de propaganda.
Y lo peor es que según la comunidad médica en la zona, la cifra de muertos podría aumentar aún mucho más…
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