25 abril 2016

Agua: Un elemento esencial de la naturaleza para la vida

Pocas frases más repetidas que “el agua es fuente de vida”. Pero a su vez, pocas realidades tan contundentes y vinculantes de vida y naturaleza, en todas sus dimensiones.

Africa, Agua, Fuente, Vida, Como dato también conocido por casi todos podemos recordar que cada individuo tiene en su cuerpo un 70% de agua en cada una de sus células, y que por tanto el agua es vital para su desarrollo. Ese porcentaje se comparte a nivel planeta, ya que el 70% de la superficie de la tierra está cubierta de agua, aunque de dicho porcentaje sólo un 3% sea dulce.

Al parecer, hay agua por doquier, pero paradójicamente, estos números no se condicen con el acceso al agua potable. Prueba de ello es que 748 millones de personas en el mundo no disponen de agua segura en sus hogares y 2.500 millones, a su vez, no cuentan con sistemas de saneamiento básico, según datos oficiales de Naciones Unidas.

Sobre esas cifras, podemos agregar estos datos –no de color- que nos preocuparán e inevitablemente nos dejarán pensando por su entidad y gravedad. Cada 20 segundos muere un niño/a a causa de la falta de saneamiento adecuado; además, el 80% de las enfermedades en la mayoría de los países en vías subdesarrollados están vinculadas a un acceso poco seguro al agua y por un saneamiento inadecuado.

Según relevamientos y estudios llevados a cabo para naciones Unidas, el acceso a un saneamiento eficiente que asegure el acceso a agua segura podría salvar la vida de aproximadamente 1,5 millones de niños, que mueren cada año a causa de ello.

Sobre el tema del agua hay planes varios en ejecución y se trata permanentemente el tema, con propuestas e iniciativas varias de la ONU para ayudar a tomar conciencia sobre el particular, incluidas en los objetivos de desarrollo.

Sin perjuicio de esto, los datos que aporta el relevamiento de la realidad son alarmantes, y por supuesto que no se pueden esperan resultados mágicos, pero sí tomar verdadera conciencia de la tragedia que representa el estado de situación de millones de personas, lo que efectivamente “ocurre aunque no nos toque de cerca”.

El informe “El agua en un mundo de cambio”, del V Foro Mundial del Agua, Estambul, indica que, según proyecciones, para el año 2030, aproximadamente el 67% de la población mundial seguirá con acceso restringido al agua potable.

Frente a este escenario posible, aparecen inmediatamente las cuestiones vinculadas a la responsabilidad, entrando en este frente todos como culpables –si se permite el término, al margen de la distribución de responsabilidad pueda ser casi absoluta para algunos, caso de los Estados y multinacionales, por ejemplo, y población que sí accede al servicio de agua potable y no la cuida, en menor grado.

Lo cierto es que, como sea, urge comenzar a ver propuestas y políticas concretas, contundentes y eficaces para revertir la crisis actual y desvirtuar la proyección que se tiene sobre esta tragedia, y acá aparece en el primer actor, cada uno de los Estados, con la obligación ineludible de desarrollar políticas públicas tendientes a la preservación del recurso hídrico y regulación de su uso racional, invertir en una infraestructura adecuada que asegure el acceso a cada uno de los habitantes, y también con miras al saneamiento en los lugares donde es necesario.

No menos importante es la obligación de los Estados de velar por el cumplimiento de todas y cada una de las leyes que aseguran la sustentabilidad, y un rol proactivo de éste para la coordinación y articulación con los restantes actores de la comunidad, nacional e incluso internacional, para asegurarse una gestión integral de cara a la optimización de los resultados.

Es importante agregar que por estos tiempos las empresas se suman al foco de la escena, ya que de ellas se espera un rol social imperioso, ya que una de las aristas de los que se llama responsabilidad social empresaria es la preservación ambiental.

En este sentido las empresas tienen hoy la obligación moral devenida en responsabilidad empresarial de cooperar para hacer del agua un recurso sustentable, incorporando nuevas tecnologías, acciones y programas de gestión tendientes al uso racional del agua en la producción, debiendo además ser innovadoras en el tratamiento y reutilización de los efluentes.

Lee también: “¿Hay suficiente agua en el planeta?”

Debemos entender desde la más básica acción, a partir, por ejemplo, de cepillarnos los dientes cada mañana, una de las primeras cosas que hacemos al despertar cada día y luego con la enorme cantidad de actos diarios que requieren el uso de agua, que la responsabilidad están en todos los actores, como siempre decimos, y en cada uno de nosotros, sin excepción.

Tomemos conciencia y entendamos que el agua, ese elemento que la naturaleza nos ha regalado, es un elemento esencial para la vida, para su desarrollo en la humanidad, animalidad y vegetación. Para la vida. El agua juega un rol trascendental en la reducción de la pobreza, en el crecimiento económico y en la sustentabilidad ambiental.


El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental, y por ende, cada uno de nosotros tiene la obligación moral de accionar en pos de un cambio para los que estamos y los que vendrán. Si lo entendemos y lo incorporamos, ya estaremos en condiciones de multiplicar acciones positivas, y de exigirlo también a los demás.

Fuente: natura-ambiental.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres hacer un comentario sobre este articulo, hazlo aquí, gracias.