“Aquí se
detallan cinco imperiosas razones de por qué la comercialización de los
cultivos transgénicos debería seguir estando prohibida en la UE y por las que
no se tendría que permitir a los países miembros cultivar este tipo de
productos.”
Los GM
eliminarán las opciones de los consumidores
En caso de
que se globalice la venta de productos GM será difícil y en algunos lugares,
imposible, que se le garantice los consumidores que cualquier producto
alimenticio esté libre de transgénicos.
En la actualidad en América del Norte, los
agricultores ya no pueden tener la certeza de que las semillas que plantan no
contienen genes transgénicos.
Los genes
transgénicos son a menudo “dominantes" es decir, que se heredan a expensas
de los genes no modificados genéticamente, cuando se produce la polinización
cruzada entre los GM y las especies convencionales.
Para evitar
la polinización cruzada se supone que debe haber una distancia de al menos 50
metros entre las variedades GM y las no transgénicas. Sin embargo, el polen
puede viajar mucho más lejos.
Las abejas,
por ejemplo, vuelan regularmente durante un máximo de 10 kilómetros; por lo
tanto, el polen de los GM se ha encontrado en muchas colmenas, a 4,5 km del
campo de cultivo transgénico más cercano.
La mezcla de
semillas
Las semillas
transgénicas o partes de los cultivos de raíces transgénicos como la remolacha
azucarera, pueden quedar como desechos en los campos y crecer más tarde. Las
cosechadoras se mueven de un campo a otro, pueden “colar” restos de semillas
transgénicas en otro predio, si el equipo no se limpia adecuadamente.
Los riesgos
de salud no han sido desmentidos
Las voces de
los pro-transgénicos afirman que después de seis años no se han registrado
efectos adversos para la salud tras el consumo de alimentos transgénicos en los
EE.UU.; aunque reconocen que tampoco ha habido un esfuerzo por parte de las
autoridades sanitarias para buscar posibles impactos sobre la salud.
Los sistemas
de aprobación de los GM
Los datos de
seguridad provienen de las propias empresas de biotecnología. No se requiere
una investigación independiente, ni estos son revisados por expertos que puedan
afirmar con absoluta certeza, que los alimentos transgénicos no representan
ningún peligro para la salud humana.
Posibles
reacciones alérgicas
Para la
modificación genética se utilizan con frecuencia ciertas proteínas procedentes
de organismos que nunca antes han sido una parte integral de la cadena
alimentaria humana. Por lo tanto, los alimentos transgénicos pueden causar
reacciones alérgicas imprevistas, especialmente entre los niños.
Los
alérgenos pueden ser transferidos por los alimentos a las personas que son
alérgicas, cuando éstas creen que son seguros. Desde que se introduce un nuevo
tipo de alérgeno, se tarda entre cinco y seis años antes de que se reconozca
algún tipo de alergia.
Probable
resistencia antibiótica
La
modificación genética también podría hacer que las bacterias causantes de
enfermedades se vuelvan resistentes a los antibióticos, ya que muchos genes de
probada resistencia a los antibióticos se utilizan como marcadores en los
cultivos transgénicos. Esto podría dar lugar a epidemias potencialmente
incontrolables.
La agricultura
podría ser destruida
Tras unos
pocos años desde la introducción de cultivos transgénicos en América del Norte
se produjo el siguiente resultado:
Casi la
totalidad de las exportaciones de maíz de EEUU y de Canadá a la UE se han
detenido. El comercio de la miel canadiense fue casi completamente destruido a
causa de la contaminación transgénica.
Los países asiáticos, incluyendo Japón y Corea
del Sur, los mayores compradores extranjeros de maíz de los Estados Unidos,
dejaron de adquirirlo. Al igual que los consumidores domésticos, las empresas
de alimentos, incluyendo Heinz, Gerber y Frito-Lay, comenzaron a rechazar el
uso de OMG en sus productos.
El ex
experto en agricultura de la Casa Blanca, el Dr. Charles Benbrook calcula que
el comercio de exportación perdido y la caída de los precios agrícolas causados
por la comercialización de GM condujeron a un aumento de las subvenciones
anuales del gobierno en un estimado de 3-5 mil millones de dólares.
El Medio
Ambiente se verá afectado
Los
defensores de los GM sostienen que la tecnología va a llevar a una reducción en
el uso de herbicidas químicos. Sin embargo, para la mayoría de los cultivos
transgénicos que se plantan hasta el momento, la evidencia no confirma esto.
Cuatro años
de datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos muestra que el uso
de herbicidas en la soja modificada, denominada Roundup Ready es cada vez
mayor.
Una
investigación de la Soil Association encontró que el uso de cultivos
transgénicos está dando como resultado una reversión en la utilización de
herbicidas, haciendo necesario el empleo de compuestos más tóxicos, tales como
el herbicida paraquat.
Los genes
modificados para hacer que los cultivos sean resistentes a los herbicidas
pueden ser transferidos a las malezas circundantes a las plantaciones, que
entonces también se vuelven resistentes a los herbicidas.
Los mismos
cultivos pueden actuar como “mala hierba”. Debido a que los GM están diseñados
para tener una mayor capacidad para sobrevivir, las semillas sobrantes pueden germinar
en años posteriores, cuando un cultivo diferente está creciendo en el mismo
campo, contaminando la nueva cosecha.
Los cultivos
GM no alimentan a los pobres
La idea de
que los GM van a acabar con la pobreza global es probablemente la más grande de
todas las mentiras apologistas de los defensores de los cultivos modificados y
la más utilizada para acusar a los activistas anti-transgénicos de los países
ricos, de no preocuparse por el Tercer Mundo.
Fuente: Ecoticias.com
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