Durante las últimas décadas, las grasas trans han pasado a convertirse en un ingrediente muy habitual en nuestra dieta, algo que es lamentable porque puede resultar altamente perjudicial para la salud. Grasas trans, grasas hidrogenadas y grasas parcialmente hidrogenadas
son los distintos nombres con los que se denomina a esta clase de
sustancias, y cada vez son más los estudios que alertan sobre los
estragos que causan en nuestro organismo. ¿Qué las hace tan peligrosas?
¿Qué daños pueden causarnos?
Las grasas trans o hidrogenadas son un tipo de grasa
insaturada con una estructura química en la cual los átomos de
hidrógeno se encuentran en el lado opuesto al del doble enlace.
Dependiendo de su origen, pueden pertenecer a dos clases: las grasas
trans naturales y las grasas trans artificiales.
- Grasas trans artificiales
Se crean en el proceso de elaboración de los aceites vegetales
refinados, conocido como hidrogenación, en el que se modifica la
estructura química del aceite bajo la aplicación de niveles de presión
muy elevados, catalizadores metálicos e hidrógeno. Su origen se
encuentra en las grasas insaturadas del aceite, que se transforman en
trans después del proceso de hidrogenación. La industria las utiliza
para aumentar la vida útil de los productos, potenciar el sabor de los
alimentos, mejorar la textura y reducir costes.
- Grasas trans naturales
Se forman durante el proceso de digestión de los mamíferos rumiantes,
específicamente cuando la grasa que llega al estómago es digerida por
las bacterias. Pueden ser halladas en pequeñas cantidades en ciertos
tipos de alimento de origen animal, como la carne o los productos
lácteos, y no perjudican la salud. El ácido linoleico conjugado o CLA es
una grasa trans natural y muy saludable.
¿Cómo inciden en nuestra salud las grasas trans?
1. Aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas. Una
gran cantidad de estudios epidemiológicos y ensayos clínicos vinculan
la ingesta de grasas trans con el incremento del riesgo de padecer
enfermedades cardíacas.
Durante las investigaciones, el reemplazo de otros tipos de grasas o
de los hidratos de carbono por grasas trans en la dieta de los pacientes
ocasionó un aumento del colesterol LDL (el colesterol malo) y redujo la proporción de colesterol HDL (el bueno)
a la vez que incrementó globalmente el colesterol total. Igualmente, se
alteró negativamente un marcador importante de riesgo de enfermedades
coronarias que permite el diagnóstico de las mismas denominado
ApoB/ApoA1, que indica la proporción entre proteínas aterogénicas (que
pueden obstruir las arterias) y antiaterogénicas.
El incremento en un 2% del consumo de alimentos ricos en grasas trans
está relacionado con el incremento de nada menos que un 23% del riesgo
de sufrir enfermedades cardíacas.
2. Contribuyen al desarrollo de diabetes. La ingesta
de grasas trans podría contribuir a la aparición de la diabetes e
igualmente podría reducir la sensibilidad del organismo a la acción de
la insulina.
Algunas investigaciones científicas han comprobado que las personas
que consumen grandes cantidades de grasas trans sufren un riesgo hasta
un 40% mayor de padecer diabetes. Sin embargo, los datos son confusos
aún, ya que en otros estudios similares no se permite relacionar la
diabetes con el consumo de grasas trans por motivos metodológicos.
Por último, una investigación llevada a cabo en primates confirmó que
el consumo elevado de grasas trans aumenta la resistencia a la insulina
y es la culpable de la obesidad abdominal.
3. Promueven la inflamación. Las grasas trans
incrementan ciertos tipos de marcadores conocidos de inflamación, como
por ejemplo la proteína C reactiva, especialmente en personas que
padecen sobrepeso u obesidad.
Esto supone un riesgo importante para la salud, ya que una
inflamación delicada durante un largo período de tiempo puede ocasionar
algunos tipos de dolencias crónicas como enfermedades del corazón,
diabetes, artritis y síndrome metabólico.
4. Lesionan los vasos sanguíneos. La pared interna
de los vasos sanguíneos se denomina endotelio, y puede recibir daños con
el consumo de grasas trans y causar disfunción endotelial.
Asimismo, una investigación reciente constató que las grasas trans
disminuyen la capacidad de dilatación de las arterias hasta en un 29% y
rebajan los niveles de colesterol hasta en un 21%.
5. Pueden causar cáncer. El Nurses’ Health Study
es una investigación muy popular en el campo de la nutrición que
relaciona el consumo de grasas trans antes de la llegada de la
menopausia con un riesgo mayor de cáncer de mama después de ésta. Otras
diversas investigaciones confirman la vinculación entre la grasas trans y
el cáncer de mama, motivo por el que se hacen necesarios más estudios
al respecto.
¿Qué alimentos contienen grasas trans?
Las grasas trans son uno de los ingredientes de mayor importancia para los alimentos procesados,
una clase de productos que consumimos más frecuentemente de lo que
realmente necesitamos (y deberíamos). Aperitivos salados, dulces,
helados, cereales para el desayuno, galletas, bollería industrial y
otros muchos más son ejemplos de alimentos procesados que incorporan
grandes cantidades de grasas trans.
Revisa las etiquetas con el valor nutricional de los productos que
consumes, y si encuentras la palabra “hidrogenado” o “parcialmente
hidrogenado”, entonces te encuentras frente a un alimento que contiene
grasas trans. Debes evitarlo, apártalo de forma inmediata de tu cesta de
la compra y para el resto de tu vida.
Fuente: ecoavant.com
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