Durante las últimas décadas, las grasas trans han pasado a convertirse en un ingrediente muy habitual en nuestra dieta, algo que es lamentable porque puede resultar altamente perjudicial para la salud. Grasas trans, grasas hidrogenadas y grasas parcialmente hidrogenadas
son los distintos nombres con los que se denomina a esta clase de
sustancias, y cada vez son más los estudios que alertan sobre los
estragos que causan en nuestro organismo. ¿Qué las hace tan peligrosas?
¿Qué daños pueden causarnos?
Las grasas trans o hidrogenadas son un tipo de grasa
insaturada con una estructura química en la cual los átomos de
hidrógeno se encuentran en el lado opuesto al del doble enlace.
Dependiendo de su origen, pueden pertenecer a dos clases: las grasas
trans naturales y las grasas trans artificiales.
- Grasas trans artificiales
Se crean en el proceso de elaboración de los aceites vegetales
refinados, conocido como hidrogenación, en el que se modifica la
estructura química del aceite bajo la aplicación de niveles de presión
muy elevados, catalizadores metálicos e hidrógeno. Su origen se
encuentra en las grasas insaturadas del aceite, que se transforman en
trans después del proceso de hidrogenación. La industria las utiliza
para aumentar la vida útil de los productos, potenciar el sabor de los
alimentos, mejorar la textura y reducir costes.