Hasta hace unas semanas los Estados Unidos eran el centro de la lucha
de los pueblos originarios contra la infraestructura petrolera. Sin
embargo, por estos días México vive un panorama similar con el proyecto
de construcción del gasoducto Tuxpan-Tula que se pretende construir en la sierra norte del estado de Puebla.
La construcción de este oleoducto implicaría atravesar 260 kilómetros de un tubo de un metro de diámetro en un territorio donde habita el 10 por ciento de la flora y fauna mexicana. Pero eso no es todo, sino que el proyecto liderado por la compañía TransCanada afectaría territorios sagrados del pueblo indígena otomí, originario del centro de México.
Los representantes del pueblo otomí han denunciado que la trayectoria
del gasoducto atravesaría el Cerro del Brujo, ubicado en la comunidad
de San Pablito. Este lugar contiene a los principales manantiales de
agua que sirven de fuente para los pueblos indígenas del centro de
México.
A todo esto, las comunidades otomí denuncian que no fueron
consultados en el proceso de viabilidad del proyecto hidrocarburífero.
Como se recuerda, el artículo 15° del Convenio 169 de la OIT estipula la necesidad de consulta previa para los pueblos indígenas ante cualquier proyecto de inversión que los afecte.
Amenaza de las autoridades
Pero, como si tener que lidiar con las pretensiones de la compañía TransCanada
fuera poco, los pueblos indígenas del centro de México no cuentan con
el apoyo de sus autoridades locales. En el poblado de Tlacuilotepec
(Puebla), los ciudadanos opositores a la construcción del gasoducto han
denunciado amenazas de parte de su alcalde.
Dos vecinos representantes del grupo opositor al proyecto, quienes se identificaron esta semana como Nicolás Ortiz Ventura y Gabriela González Lazcano, denunciaron que el alcalde de Tlacuilotepec, Alejandro Guzmán García, los amenazó con destruir sus reservorios de agua si continuaban sus medidas de fuerza contra la construcción de gasoducto.
Los vecinos de este poblado denuncian que el alcalde Guzmán García ya
firmó los permisos para la construcción de la obra sin consultar a los
pueblos indígenas. El proyecto de TransCanada
transportará millones de metros cúbicos de gas desde Texas al centro de
México, recurso que sería extraído por medio del polémico método del
fracking.
Fuente: www.servindi.org
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