Casi la mitad de los espacios naturales catalogados como Patrimonio Mundial están amenazados por actividades industriales. El Parque de Doñana es uno de ellos.
El Parque Nacional de Doñana en España, los arrecifes de coral de Belice, los bosques de Sumatra o el lago Turkana en Kenia son algunos de los lugares catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco con el objetivo de preservarlos y darlos a conocer. Pero, a pesar de esta teórica protección, casi la mitad está en peligro de ver seriamente degradados los valores que llevaron a su reconocimiento, según un reciente estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la mayor organización conservacionista internacional, realizado por la compañía Dalberg Global Development Advisors.
El informe da la voz de alarma. Y es que en 114 sitios de los 229 considerados Patrimonio Mundial natural y mixto (natural y cultural) se han extendido concesiones para la exploración de gas o petróleo y para la minería, así como para las infraestructuras de transporte y otras que conllevan. O están amenazados por la tala ilegal, la construcción de presas, puertos comerciales, oleoductos, carreteras y vías ferroviarias, así como por la agricultura y la silvicultura industrial.