McDonalds ha cedido
finalmente ante las peticiones de los consumidores para que deje de
utilizar el hidróxido de amonio en sus hamburguesas y sandwiches de
pollo.
Este anuncio pone de
relieve que hay un exceso de aditivos perjudiciales para la salud en los
menús de McDonalds, y la razón estriba no sólo en el alto contenido en
grasas y el elevado número de calorías que aportan. McDonalds agradece a
los profesionales de la salud cuando estos omiten mencionar los
ingredientes perjudiciales escondidos en su comida.
Este cambio ha sido
posible gracias a la campaña de Jamie Oliver, un célebre cocinero que ha
emprendido esta batalla contra el gigante de la comida rápida.