La intoxicación alimentaria es un problema que encontramos diariamente, llegando desde el anuncio televisivo más moderno del momento hasta el cartel publicitario de la tienda de chuches más próxima a casa.
Pero toda esta información que nos venden sobre determinados alimentos como energéticos, saludables o milagrosos tiene un claro objetivo: vender más. Sin embargo, no debemos olvidarnos del efecto secundario que promueve en la población y que es el grave problema de los falsos mitos, la confusión.
Toda información errónea o con carácter “milagroso” provoca que la población sea incapaz de diferenciar una información científica que quiere promover su salud a la de una información en muchas ocasiones alterada para promover un mayor movimiento económico.
A continuación vamos a desenmascarar tres mitos alimentarios para tenerlos presentes y romper con sus falacias.