30 octubre 2011

Parada no programada en Almaraz

Se ha producido una nueva parada no programada en Almaraz (Cáceres), la segunda en lo que va de año. Y la sexta que tiene lugar en una central nuclear española. A pesar de la parquedad de la información del CSN, se trata de un suceso que ha afectado a una pieza vital para la seguridad de la planta. Y eso a pesar de Almaraz superó de forma preliminar las pruebas de estrés, como el resto de las nucleares españolas.

La parada de Almaraz se debió a un aumento de temperatura en el cojinete de una de las bombas de refrigeración principales de la central. Este aumento de temperatura se debe casi con toda seguridad, a un aumento del rozamiento, que podría dar lugar en última instancia a un fallo de la bomba y a una pérdida notable de capacidad de refrigeración de la central. Hay que recordar que el accidente de Fukushima se debió justamente a una pérdida total de la refrigeración.



A pesar de la parquedad del comunicado del CSN, se puede entrever que estamos ante un suceso grave, cuyas causas últimas se desconocen o no se han difundido. Este suceso viene a sumarse a los 60 sucesos notificables que se han producido hasta ahora, con dos prealertas de emergencia en Ascó y Cofrentes. Sin embargo las nucleares españolas "aprueban con nota" las pruebas de stress-test a las que se han sometido, hechas a su medida. La suma de sucesos, paradas y prealertas hacen poco creíble el resultado avanzado sobre estas pruebas. Y en particular, este suceso de Almaraz, justo en el sistema principal de refrigeración arroja serias dudas sobre la solvencia de estas pruebas.

Cabe también prestar atención a la oscuridad de la comunicación del CSN: Un fallo, indeterminado por las comunicaciones del CSN, ha provocado un aumento de temperatura -tampoco se especifica su magnitud- en el cojinete inferior de una de las bombas principales, fundamentales para mantener la central fuera de peligro, como se ha dicho y se ha podido comprobar en el accidente de Fukushima. La parquedad de las informaciones induce a desconfianza, por el funcionamiento seguro de las centrales nucleares españolas. En este caso sería fundamental conocer el fallo que ha provocado el aumento de temperatura, a cuánto ha ascendido este aumento y el momento de la parada, pues en esta nota tampoco se marca la hora del suceso: ¿cuanto tiempo se toleró la subida de temperatura hasta que el sistema eléctrico estuvo en condiciones de sustituir los 1.000 MW del reactor 2 de Almaraz?

La parada de la central ha provocado a su vez la parada del bombeo hidráulico, que es la forma en que se almacena la energía eléctrica en el sistema eléctrico español. Como era el caso en ese momento, el bombeo es imprescindible cuando la eólica está funcionando a alta potencia, para acumular la energía y descargarla cuando la demanda es más alta.

Una vez más se comprueba la incompatibilidad del desarrollo de las renovables con la existencia de centrales nucleares. En general, por su nula flexibilidad, impiden la entrada de las renovables cuando coinciden situaciones de meteorología favorable, haciendo parar los aerogeneradores.

Para Ecologistas en Acción, es fundamental una cultura de seguridad más seria por parte de los titulares de las centrales, y una transparencia mayor en las informaciones del CSN, para que la población pueda sentirse más tranquila, mientras se produce el deseable cierre de estas centrales, peligrosas y que generan unos residuos que deberán ser controlados durante miles de años.

Este suceso se suma al que se produjo en la central nuclear de Ascó (Tarragona), tras la aprobación del informe preliminar en las pruebas de estrés, y muestra la debilidad de éstas. En Ascó se pusieron de manifiesto los problemas de anclaje sísmico de una de las bombas del primario, lo que pone en duda ls apreciaciones sobre sismicidad que se produjeron en dichas pruebas.

Fuente: Ecologistas en accion

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