Survival ha recibido inquietantes
informaciones de miembros de varias tribus en el valle del Bajo Omo que
describen cómo el Gobierno está destruyendo sus cultivos para obligarlos
a irse de su tierra para establecerse en zonas de reasentamiento
designadas. Los más afectados por los robos de tierras son los
pastoralistas suris, bodis y mursis, y los cazadores-recolectores
kwegus.
Los violentos robos de tierras están devastando la tribu. Muchas familias se encuentran ahora
desesperadas, ya que no tienen sorgo, y la tierra en la que pasta su
ganado también está siendo destruida rápidamente debido a que el
Gobierno continúa arrendándola para plantaciones de caña de azúcar y
palma de aceite.
Una mujer mursi explica lo que está
ocurriendo: Desde el valle del Omo Una mujer mursi denuncia la
destrucción de los cultivos de la tribu. Su identidad se ha mantenido en
secreto para protegerla frente a represalias. Algunas comunidades bodis
ya están siendo reasentadas en los campos en contra de su voluntad. Un
hombre bodi ha dicho: “Se están quedando con nuestra tierra a la fuerza.
La excavadora incluso destrozó los huertos en los que crecían nuestros
cultivos. Pasaron justo por donde crecía nuestro sorgo”.
A los mursis les han dicho que deben
vender su ganado, y que serán trasladados a los campos de reasentamiento
antes de que termine el año. Una mujer mursi ha declarado: “El otro día
fui al río Omo. Fui a mis almacenes para recoger el grano y había
desaparecido. Las excavadoras habían tirado mis depósitos de grano. No
me gusta lo que están haciendo. Cuando fui, lloré. Nuestras reservas de
grano habían desaparecido. Ahora tendremos serios problemas. No sabemos
qué hacer. Quizás moriremos”.
El acceso al río Omo está cortado ya
que el Gobierno sigue despejando terrenos y construyendo carreteras
hacia las plantaciones de caña de azúcar, que son parte del proyecto
Kuraz Sugar, de propiedad estatal. El Gobierno también está arrendando
grandes extensiones de tierra tribal a inversores nacionales y
extranjeros.
Al oeste del Parque Nacional del Omo,
los suris se están manifestando contra una empresa malasia que está
plantando palma de aceite en parte de sus mejores tierras para pastos.
Según un hombre suri: “El Gobierno vino con soldados y durante dos
semanas trataron de evitar que los suris plantaran sus cosechas, para
hacer que la gente pasara hambre y que aceptara trasladarse al campo de
reasentamiento.
La mayoría de los suris tienen miedo de
ir al sitio en el que plantan sus cosechas. Solo algunos fueron. En una
comunidad cercana a la plantación malasia quemaron tres casas, con los
depósitos de grano dentro. Fueron los trabajadores de la plantación
quienes lo hicieron”.
Human Rights Watch ha publicado
recientemente el informe ¿Qué pasará si llega el hambre?, que documenta
cómo las fuerzas de seguridad del Gobierno están empujando a las
comunidades a irse de sus tierras mediante la violencia y la
intimidación, amenazando su modo de vida al completo sin ninguna
compensación o posibilidad de elección de medios de subsistencia
alternativos.
Fuente: survival.es
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