Los
alimentos de trigo y basados en cereales están por todo nuestro
alrededor. Nos encanta nuestras bagels, pastas, pan y cereales para el
desayuno. Para muchos, la idea de eliminar estos alimentos básicos de
nuestra dieta puede parecerles totalmente irrazonable, por no decir
ridícula. Sin embargo, un número creciente de personas ya están
cambiando a dietas sin trigo, y por buena razón. Como la ciencia está
demostrando cada vez más, comer trigo aumenta la posibilidad de un
sorprendente número de problemas de salud. He aquí el por qué
probablemente deberías dejar de comer trigo.
Sin lugar a dudas, el trigo tiene un papel importante en nuestra dieta. Suministra alrededor del 20 por ciento de las calorías totales de los alimentos en todo el mundo, y es el alimento básico nacional en la mayoría de los países.
Pero,
como es bien sabido, algunas personas, como las personas con enfermedad
celíaca, necesitan mantenerse alejadas del trigo. El problema es que su
intestino delgado es incapaz de digerir correctamente el gluten, una
proteína que se encuentra en los granos. El trigo está siendo cada vez
más culpable de la aparición de otros problemas de salud, como la
obesidad, enfermedades del corazón y una serie de problemas digestivos,
incluyendo el dramático aumento de trastornos, como la enfermedad
celíaca.
Entonces, ¿qué está pasando? ¿Y por qué de repente todo el mundo está culpando al trigo?
Entonces, ¿qué está pasando? ¿Y por qué de repente todo el mundo está culpando al trigo?
La
respuesta, al parecer, tiene que ver con un montón de porquerías que
están presentes en los alimentos a base de cereales. El trigo eleva los
niveles de azúcar en la sangre, causa problemas inmunorreactivos, inhibe
la absorción de importantes minerales e irrita los intestinos.
Y mucho de esto se debe al hecho de que el trigo simplemente no es lo que solía ser.
El trigo híbridizado
En efecto, el trigo de hoy está muy lejos de lo que era hace 50 años.
En
la década de 1950, los científicos comenzaron a cruzar el trigo para
que fuese más resistente, más corto y de mejor crecimiento. Este
trabajo, que fue la base para laRevolución Verde,
y que le ganó el Nobel al científico estadounidense, Norman Borlaug,
introdujo algunos compuestos al trigo que no son del todo amistosos con
el ser humano.
Como el cardiólogo Dr. William Davis anotó en su libro, “Wheat Belly: Lose the Wheat, Lose the Weight and Find Your Path Back to Health”, el trigo híbrido de hoy contieneazida de sodio, una conocida toxina, que también pasa por un proceso de irradiación gamma durante su fabricación.
Pero,
como también señala Davis, este trigo híbrido contiene nuevas proteínas
que no se encuentran normalmente en la planta, algunas de los cuales
son difíciles para nosotros de digerir correctamente. En consecuencia, algunos científicos sospechanahora
que, el gluten y otros compuestos encontrados en el trigo moderno de
hoy son los responsables de la creciente prevalencia de la enfermedad
celíaca, la “sensibilidad al gluten" y otros problemas.
El gluten y la gliadina
No
cabe duda de que el gluten preocupa cada vez más, y está empezando a
tener un serio impacto en nuestra salud, y como resultado, en nuestras
elecciones alimentarias.
El gluten es una proteína compuesta de gliadina y glutenina, que aparecen en el trigo y otros cereales, como el centeno, la cebada y la espelta.
También es lo que da a ciertos alimentos esa maravillosa textura
masticable. El gluten también ayuda a aumentar la masa y mantener su
forma.
El
problema, sin embargo, está en cómo se metaboliza. En palabras de
Alessio Fasano, director médico del Centro de Investigación Celíaca de
la Universidad de Maryland, nadie puede digerir el gluten.
"Nosotros no tenemos las enzimas para descomponerlo", decía en una reciente entrevista con TenderFoodie.
"Todo depende de lo bien que cierren nuestras paredes intestinales
después de ingerirlo y cómo reaccione nuestro sistema inmune ante ello."
Su preocupación es que la proteína gluten, la cual es abundante en el
endospermo de la cebada, el centeno y el trigo, desencadene una
aberrante respuesta inmune.
En concreto, la gliadina y la glutenina están actuando como anti-nutrientes inmunógenos.
A diferencia de las frutas, que están destinadas a ser consumidas, los
granos tienen una manera de defenderse. Ellos crean una respuesta
inmunogénica que aumenta la permeabilidad intestinal, lo que desencadena
la inflamación sistémica del sistema inmune, y ello puede conducir a
toda una serie de enfermedades autoinmunes, entre ellas la celiaquía, la
artritis reumatoide, el síndrome de intestino irritable, etc. Y esto es cierto aun sin padecer la enfermedad celíaca.
Davis
también cree que la gliadina degrada un compuesto similar a la morfina
después de comer, lo que crea un apetito de más trigo, lo que le lleva a
afirmar que el trigo, en realidad, tiene una función adictiva al mismo.
La gliadina, lo que los científicos llaman la "fracción tóxica del gluten", también se veimplicado en la permeabilidad intestinal.
Cuando una persona tiene una reacción adversa, es porque la gliadina
tiene comunicaciones cruzadas con nuestras células, lo que causa la
confusión y la permeabilidad del intestino delgado. Fasano explica:
« La gliadina es una proteína extraña
que nuestras enzimas no pueden descomponer desde los aminoácidos
(glutamina y prolina), en elementos lo suficientemente pequeños como
para que podamos digerirla. Nuestras enzimas sólo se puede romper la
gliadina en péptidos,
y los péptidos son demasiado grandes para ser absorbidos correctamente a
través del intestino delgado. Nuestros paredes intestinales, entonces,
deben separarse para dejar que el péptido pueda pasar a su través. El
sistema inmunológico reconoce al péptido como un enemigo y comienza a
atacar.
»
La diferencia es que en una persona normal, las paredes intestinales se
cierran de nuevo, el intestino delgado vuelve a ser normal, y los
péptidos permanecen en el tracto intestinal y son excretados de forma
sencilla antes de que el sistema inmune los note. En una persona que
reacciona al gluten, las paredes permanecen abiertas todo el tiempo que
se consume el gluten. La forma de reaccionar tu cuerpo (con sensibilidad
al gluten, alergia al trigo o con celiaquía) depende de la duración que
esas puertas están abiertas, el número de "enemigos" que deja pasar y
el número de ‘soldados’ que nuestro sistema inmune envía para defender
nuestros cuerpos. En alguien con la enfermedad celíaca, los soldados se
confunden y empiezan a disparar a las paredes intestinales.»
Los efectos del gluten y la gliadina varían claramente de persona a persona. Pero unestudio reciente demostró
que, cerca de 1,8 millones de estadounidenses padecen de la enfermedad
celíaca, y otros 1,4 millones están probablemente sin diagnosticar. Y,
sorprendentemente, otros 1,6 millones han adoptado una dieta sin gluten
pese de no haber sido diagnosticados.
Además,
se estima que cerca de 18 millones de estadounidenses tienen
"sensibilidad al gluten no celíaco", que da lugar a calambres y diarrea.
Alto índice glucémico
El trigo también eleva el azúcar en sangre. Como señala Davis, el índice glicémico del trigo es altísimo (echa un vistazo a esta tabla de Harvard para ver los rangos de diversos alimentos). Contiene la amilopectina A,
que es más eficiente para convertirse en azúcar en sangre que casi
cualquier otro hidrato de carbono, incluyendo el azúcar de mesa.
En
consecuencia, dos rebanadas de pan de trigo integral aumenta los
niveles de azúcar en la sangre más alto que una sola barra de chocolate.
Excederse con el trigo, dice Davis, puede dar lugar a "grasa visceral profunda".
El trigo también puede provocar efectos que no son inmediatamente perceptibles. Las pequeñas lipoproteínas de baja densidad (LDL) se forman después de comer muchos carbohidratos, que son responsables de la placa aterosclerótica, que a su vez puede desencadenar enfermedades del corazón y derrame cerebral. De hecho, se ha demostrado que una dieta libre de trigo puede mejorar la tolerancia a la glucosa en personas con enfermedad cardíaca isquémica.
Lectinas
Las
lectinas, que son una clase de moléculas, se pueden encontrar en las
alubias, cereales, granos, nueces, y patatas. Y cuando se consume en
exceso, o cuando no se cocinan adecuadamente, pueden ser perjudiciales.
Ahora bien, la mayoría de las lectinas son en realidad bastante benignas, y en algunos casos incluso terapéuticas, como en la lucha contra algunas formas de VIH.
Pero el problema con algunas lectinas,
como las que se encuentran en los granos enteros, es que se unen a
nuestros receptores de insulina y al revestimiento intestinal. Esto
aumenta la inflamación y contribuye a la enfermedad autoinmune y a
resistencia a la insulina. También facilita los síntomas del síndrome metabólico aparte de la obesidad.
El ácido fítico
Los
fitatos son también un problema, un compuesto que se encuentra dentro
de las cáscaras de los frutos secos, semillas y granos. El ácido fítico no
pueden ser digerido por los seres humanos. Y lo peor es que se une a
los iones metálicos, como el calcio, magnesio, zinc y hierro. A su vez, estos minerales no se absorben adecuadamente después de comer.
Por
consiguiente, los minerales que suministra el consumo de alimentos
basado en cereales no son bien metabolizados. De esta manera, los
fitatos, combinados con el gluten, hacen que sea difícil para el cuerpo
poder absorber los nutrientes, lo que puede llevar a la anemia y la
osteoporosis.
El mito de la fibra
Por
último, un argumento común a favor de continuar comiendo granos enteros
es que proporcionan la fibra necesaria. Esto, en realidad, es una
especie de mito. Como experta en nutrición, Mark Sisson, ha señalado:
"Aparte del mantenimiento de las convenciones sociales en determinadas
situaciones y de la obtención de calorías baratas de azúcar, no hay
absolutamente ninguna razón para comer los granos."
Y de hecho, podemos obtener cantidades adecuadas de fibra insoluble, simplemente comiendo frutas y verduras.
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