
Después de estar trabajando
por ocho años, los tres elefantes fueron liberados en lugares donde se
encontraba la sociedad de elefantes machos salvajes.
Ellos son Mafunyane, Seba y Thando,
de la manada Abu, que se usa en el Elephant Back Safaris. Habían sido
entrenados para obedecer algunas órdenes, y según sus dueños nunca fueron
montados por turistas, además caminaban a diario en el monte para alimentarse.
En la vida salvaje, estos
animales quedan unidos a su familia hasta los 10 a 15 años, mientras que entre
los 16 y 20 ya suelen dispersarse.
Los afortunados elefantes no mostraron ningún interés de volver a estar cerca de los asentamientos humanos, sin embargo, al comienzo pasaron más tiempo a solas en pequeños grupos sociales.
Con el tiempo los animales interactuaron con las dos grandes manadas mixtas, donde había hembras y machos.
Uno de los tres sufrió un trágico fin a los 94 meses de su liberación. Fue baleado junto a 10 elefantes salvajes en un rancho fuera de la zona protegida.
Los autores del estudio, K Evans, R Moore y S Harris, publicado en Plos One, destacan que “se demostró que los elefantes machos adolescentes pueden integrarse a una población silvestre”. Sin embargo, hacen notar que no se sabe nada de su longevidad y de su éxito en la reproducción.
Los elefantes tienen complejos sistemas sociales por lo que la opción de ir liberando a los que fueron condenados al cautiverio seguramente continuará siendo analizada.
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