En esta ocasión una rapaz nocturna protegida, la mayor de ellas,
un ejemplar de Búho real ha encontrado la muerte en un tendido
eléctrico de la emblemática Hoya del Tajo de Ronda, en el paraje
conocido como Puerto de la Muela.
El Búho real (Bubo bubo) es una joya de la avifauna, tiene unas
características impresionantes: como su capacidad de ver en la oscuridad
cien veces superior a la humana, como la localización precisa de sus
presas gracias a la no alineación de sus pabellones auditivos o como el
diseño especial de sus plumas que hace que, pese a su envergadura,
tenga un vuelo increíblemente silencioso. Por estas y muchas otras
cualidades el Búho siempre ha impresionado al hombre y ha formado,
desde la antigüedad, parte de su historia y de sus leyendas.
El poste donde se ha producido la electrocución de este Búho es un
punto negro más de la red de tendidos eléctricos que aun continúan sin
ser aislados para evitar estas muertes. Ya se han registrado varios
casos de Búhos reales electrocutados exactamente en este mismo apoyo y
desde la asociación Silvema Serranía de Ronda venimos reivindicando su
aislamiento desde hace ya más de diez años. Éste y otros postes
cercanos, de los numerosos tendidos eléctricos que cruzan la Hoya del
Tajo, son un sumidero para la descendencia de la pareja de Búho real que
lleva años intentando sobrevivir en este impresionante paraje, junto
al famoso Puente de Ronda. Los casos de electrocución documentados o
que aparecen en los medios de comunicación son solo una pequeña parte
de la realidad de este grave problema, pues la mayoría de las muertes
quedan anónimas en nuestras sierras, bien por ocurrir en zonas poco
transitadas, por la desaparición de los cadáveres por parte de
carroñeros o simplemente porque no llegan al conocimiento de personas
con interés en proteger los tesoros de nuestra avifauna, por todo ello
es muy importante la colaboración ciudadana informando de cualquier ave
muerta encontrada cerca de un tendido eléctrico, para así poder
documentar y estudiar cada caso.
El diseño de este apoyo es de los más peligrosos, esto ocurre cuando
uno de los cables pasa por encima de la zona donde normalmente
aterrizaría una rapaz de gran envergadura (la parte alta del poste).
Cuando un Búho real se posa en un poste eléctrico para usarlo como
oteadero para su caza de roedores, es muy fácil que al mismo tiempo que
tiene las garras sobre el poste, haga contacto su cuerpo o un ala con
el cable que pasa justo por encima de su cabeza y es entonces cuando se
produce una descarga eléctrica fulminante. La solución para el
aislamiento es sencilla y no demasiado costosa, basta con envolver los
cables con una funda aislante que impide el contacto del ave con ambas
líneas o lo que es más frecuente, el contacto del ave, al mismo tiempo,
con el poste y un cable. Los estudios demuestran que otros tipos de
medidas correctoras empleadas como posaderos o disuasores de posada se
han mostrado ineficaces.
Ya por el año 2003, el representante de ENDESA, José Antonio Ruiz
Guerra, fue puesto al corriente de la muerte de otro Búho real
electrocutado en este mismo poste e hizo unas declaraciones al respecto:
“la empresa ya ha encargado a un capataz un informe sobre el lugar y
las causas del accidente, de forma que pueda tomar medidas y actualizar
sus métodos de protección” se ve que a este poste nunca llegó ese
capataz o lo que es peor, que su informe se quedo en un cajón, como
muchos otros…
Desde nuestra asociación nos preguntamos ¿cuántas rapaces protegidas
más deben morir electrocutadas en este poste para que su propietaria,
ENDESA, realice su aislamiento?, ¿considera ENDESA que en este
lamentable caso hay compromiso para “desarrollar su actividad de manera
compatible con la conservación de la biodiversidad” como publicitan en
su página web?, ¿cuánto vale la vida de un Búho real para esta empresa?
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