Han pasado más de 30 días desde que el barco de Greenpeace fue requisado y 30 compañeros fueron arrestados.
Ahora se enfrentan al cargo de piratería, una acusación absurda y que
implica penas de hasta 15 años de prisión. Mientras tanto, la pesca
pirata es una amenaza real y que está saqueando de forma descontrolada
nuestros océanos.
Cuando eres uno de los peces gordos en la
industria atunera parece ser que puedes infringir cualquier norma y, si
tus actividades ilegales llegan a ser descubiertas, poner algo de
dinero sobre la mesa para no hacer ruido.
No debería ser así.
En las pesquerías de atún están en juego grandes beneficios económicos,
pero también el futuro de un pescado que es una fuente esencial de
alimento, empleo e ingresos para los pequeños países isleños. Si
las multas por pesca ilegal son bajas y hay pocas o nulas
consecuencias tras robar estos recursos, los grandes jefes de la
industria asumirán esta forma de actuar como parte de su modelo de
negocio.
Una empresa que parece haber optado por este modus operandi es la compañía atunera española Albacora S.A. “el mayor grupo atunero de Europa”,
como publicitan en su página web. Pescan atún por todo el mundo y su
flota incluye varios de los mayores barcos atuneros del mundo.
En 2010 uno de sus buques, el Albacora Uno, fue acusado de desplegar de forma ilegal 67 dispositivos agregadores de peces en el Pacífico, dentro de las aguas de EE.UU durante un periodo de dos años, desde 2007 hasta 2009. La empresa acordó el pago de una multa de 5 millones de dólares,
la mayor sanción civil impuesta por la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica de EE.UU (NOAA en sus siglás en inglés).
Sin
embargo, a pesar de este acuerdo, el Albacora Uno no fue incluído en
la lista negra de la Comisión de Pesca del Pacífico Occidental y
Central (WCPFC en sus siglas en inglés). ¿El motivo? Ya se había pagado una compensación.
Además, muchas comisiones trabajan en base al consenso, y ceden a la
presión de los estados de bandera que intentan encubrir los malos actos
de sus flotas y vetan el ser incluídos en las listas negras.
Por este motivo en Greenpeace tenemos nuestra propia lista negra,
que combina todas las listas negras de las comisiones de pesca con
nuestra propia lista de buques que han incurrido en pesca ilegal, no
declarada, no regulada (INDNR) pero que han evadido ser “oficialmente”
incluídos en las listas. Basándonos en el caso anterior, el Albacora Uno fue incluído en nuestra lista negra.
Por
supuesto, pensamos que es posible que las empresas mejoren, por lo que
pueden solicitar que su buque sea eliminado de la lista tras dos años
siempre que pueda probar que se han solucionado los problemas y que no
hay evidencias de más casos de pesca INDNR por ningún barco de su
flota. El Albacora Uno fue eliminado de nuestra lista a principios de 2013.
¿Malos que se han vuelto buenos?
Desgraciadamente
no. Tan solo unos meses después descubrimos que en agosto de 2011, el
mismo buque Albacora Uno, presuntamente descartó una tonelada de atún
listado, lo que supondría incumplir las normas de la Comisión
Interamericana de Atún Tropical. Este incidente se incluyó en el informe
al Congreso de EEUU de la NOAA de 2013 en el que se afirma que “España indica que a día de hoy todo parece indicar que la supuesta infracción tuvo lugar”. Sin embargo, el caso fue abandonado posteriormente sin que se hayan expuesto los motivos.
Ese
mismo año, en aguas de África Occidental, otros cinco buques
pertenecientes a Albacora S.A (Albacora Quince, Nueve, Diez, Seis y
Caribe) fueron hallados pescando atún sin licencias válidas en aguas de
Liberia. Sin embargo OPAGAC, la asociación de pesca de la que
forman parte, intercedió para que el asunto se solucionase fuera de los
tribunales (y de los titulares de los medios) con un pago de 250.000
dólares. De nuevo, estos buques evadieron ser incluídos en la lista
negra oficial de la organización regional de pesca correspondiente
(ICCAT).
Pero esto no termina aquí. Crucemos el
Pacífico hasta las Islas Marshall, que han declarado la totalidad de sus
aguas territoriales un Santuario de tiburones. Según publica el diario
Marshall Islands Journal, en julio de 2012 el buque Albacora Uno fue
hallado dentro de las aguas del santuario con 18 carcasas de tiburón a bordo
y la autoridad correspondiente, la Marshall Islands Marine Resources
Authority, multó al buque con 55.000 dólares por violar su santuario.
Recientemente, el Albacora Uno y dos miembros de su tripulación han sido multados con cerca de un millón de dólares por la Corte de Distrito de Nauru por seis cargos de pesca ilegal dentro de las aguas de Nauru.
Los dos miembros de la tripulación se declararon culpables. Pero de
nuevo, el acuerdo económico ha supuesto que el buque no haya sido
incluído en los procedimientos para ser incluído en la lista negra de la
WCPFC este año.
¿Cómo puede una empresa permitires operar así y pagar estas multas tan elevadas? En primer lugar el atún es un pescado muy cotizado, y con los precios actuales algunos buques están logrando beneficios de 10 millones de dólares anuales. A esto hay que sumarle los subsidios, como los 3,7 millones de euros
que la empresa recibió para la construcción del Albacora Uno. También
recibieron otros 10 millones de euros para el Albatún Dos y el Albatún
Tres.
Greenpeace demanda a Albacora S.A y a OPAGAC a que sean
transparentes con todos los incidentes de pesca ilegal y los acuerdos en
los que han estado involucrados desde que recibieran los subsidios.
Las
organizaciones regionales de pesca deben publicar los casos de pesca
INDNR, independientemente de que se hayan pagado multas, para que las
empresas distribuidoras puedan evitar verse envueltas en estos casos.
Las
marcas de atún y los supermercados deben comprometerse a no proveerse
de atún de empresas cuyos barcos aparecen en la lista negra de
Greenpeace o de las comisiones regionales de pesca.
La
flota sobredimensionada de la UE no puede continuar explotando a escala
industrial un recurso de los pequeños estados del Pacífico.
Con niveles récord de captura de atún en este océano, y un consenso
general de que hay demasiados barcos pescando cada vez menos pescado,
es de sentido común que este barco, cuyo historial de pesca ilegal a lo
largo de siete años, debe ser de los primeros en irse.
Fuente: http://www.greenpeace.org/
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