La destrucción de la
biodiversidad de las profundidades de la Amazonía peruana por la minería
ilegal de oro es dos veces peor de lo que se pensaba, según ha revelado
un nuevo estudio.
De acuerdo con la investigación,
elaborada por el Instituto Carnegie de EE.UU., 15.810 hectáreas de selva
tropical de la región peruana de Madre de Dios han desaparecido desde
el inicio de la crisis económica mundial de 2008, según informó el
diario británico ‘The Independent’. Esta región, en la que hay oro, es
además foco de una gran biodiversidad y hábitat natural de diversas
tribus indígenas.
La crisis hizo que el precio
internacional del oro se disparara, ya que los inversores se apresuraron
a poner su dinero en este valor, considerado el último refugio
financiero seguro. En respuesta, miles de peruanos inundaron la región
de Madre de Dios (cerca de la frontera con Bolivia) en busca de oro,
dragando los cauces de los ríos y excavando grandes socavones en la
selva de manera ilegal.
Mientras que muchos de ellos son
agricultores pobres o trabajadores que simplemente buscan ganarse la
vida, algunos se han enriquecido con esta minería ilegal y ahora emplean
a cientos de mineros locales. Algunos usan excavadoras, barcos de
dragado e incluso aviones ligeros equipados con sensores Lidar, una
nueva tecnología láser que puede crear modelos 3D de la Amazonía.
Según el estudio, llevado a cabo en
colaboración con el Ministerio del Ambiente de Perú, la devastación en
la Amazonía peruana es mucho mayor de lo que se creía. “Nuestros
resultados revelan un daño mucho mayor en la selva de lo que hasta ahora
habían informado el Gobierno peruano, las ONG u otros investigadores”
explicó Greg Asner, director del estudio.
“La ‘fiebre del oro’ supera los efectos
combinados de todas las otras causas de la pérdida de bosques en la
región, incluyendo la tala, la ganadería y la agricultura. Esto es muy
importante porque estamos hablando de un punto fundamental de la
biodiversidad. La increíble flora y fauna de la región se está perdiendo
con el oro para siempre”, aseveró el científico
Aunque la investigación de Carnegie
detalla solamente la cantidad de deforestación causada directamente por
la minería, se cree que el impacto en el Amazonas y en su gente es mucho
mayor. Esto se debe en gran parte a la enorme cantidad de mercurio
utilizado para extraer el oro, que ahora impregna la capa freática y se
acumula en los peces, alimento básico de las poblaciones indígenas de la
selva. La población local, incluidos los niños, presenta ya niveles
“poco saludables” de este metal en la sangre.
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