Entrar en política en el régimen español
supone la perfecta bicoca millonaria para gran parte de la casta. Se
colocan, promocionan, obtienen prebendas, favores y puertas giratorias,
para una vez se acabe la mamanza colocarse en cualquier empresa “amiga”,
de esas que sus jefes reparten sobres o maletines repletos de billetes
de quinientos euros entre la chusma que los acepta.
Se entiende la ansiedad de quienes están
todavía fuera y buscan votos al precio que sea, saben que la ganancia
será acaudalada, inmensamente atractiva, si logran el objetivo mafioso
de vender a su propio pueblo, el honrado voto, por un plato de lentejas,
por inmensos beneficios muy jugosos en pocos años para instalarse en
ese espacio oligárquico de constructores, empresarios y magnates,
obteniendo un estatus forjado a base de sufrimiento ciudadano,
desahucios, recortes sociales, privatizaciones a cambio de favores,
despidos masivos, hambre infantil y otras estafas habituales en la
España más corrupta y profunda de su historia.
El último ejemplo lo tenemos en el ex ministro Gallardón, colocado en el Consejo Consultivo
de Madrid por más de 8.000 euros al mes, después de ridiculizar a las
víctimas de franquismo, perseguir a las voces discordantes con su
gobierno, destruir lo poco que quedaba de justicia con su ultra católica
Reforma del Aborto.
El susodicho personaje se embolsará de
por vida ese autentico sueldazo, con coche oficial, secretaria y
despacho con vistas a la Gran Vía madrileña. Un nuevo “trabajo”, por
llamarle de alguna forma, donde no se trabaja, sin horarios ni control,
donde podrá hacer lo que le dé la gana, hasta no dar golpe, mientras se
embolsa esa gran cantidad de dinero robado al pueblo trabajador,
billetes con olor a desempleo, sufrimiento ciudadano, para que un nuevo
gerifalte sinvergüenza viva del cuento a cuerpo de rey.
La tónica de la puerta giratoria es
esta, ahí tenemos a los ex presidentes Felipe González y Aznar,
colocados en multinacionales por la cara, llenando cada mes sus cuentas
corrientes con emolumentos impregnados de favores y pestilencia. Se
trata de ocupar un cargo público por varios años, obedecer ciegamente a
quienes les pagan la campaña, para terminar en nómina de sus amigos
empresarios, muy “agradecidos” “por los servicios prestados”.
De esto saben mucho gran parte de
alcaldillos, concejaluchos, consejerillos de comunidades autónomas,
diputaciones o cabildos, ex ministros y otras bandas de estómagos
agradecidos, enchufados como José María Michavila, ex ministro de
justicia, consejero en Noatum (J.P Morgan), Luis Atienza, ex ministro de
agricultura, pesca y ganadería, director de Red Eléctrica, el fallecido
ex ministro de justicia, Miguel Boyer, ex presidente del Banco
Exterior, Narcis Serra, ex ministro de interior, presidente de Caixa
Catalunya, Elena Salgado, ex ministra de economía, Consejera de
Chilectra, filial de Endesa la “matamapuches”…
El listado puede ser inmenso, se
necesitarían muchas páginas para rellenarlas de esta inmundicia, de esta
trama constante a la que algunos siguen llamando “política”, una estafa
en toda regla a costa de la miseria y el hambre de millones de familias
de todo el estado español. Gente de a píe, honrada, sencilla, que vota
cada cuatro años, que sufre el desempleo, la falta de alimentos, los
suicidios masivos por razones económicas, que contempla asombrada el
escandaloso nivel de vida de estos personajes, actores privilegiados de
un sanguinario serial sobre la Cosa Nostra.
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