En una nota, la Benemérita ha explicado que la actuación tuvo lugar tras tener conocimiento de que habría varios individuos en la zona que se estaban dedicando a cazar de manera ilegal. Se les presuponía un perfecto conocimiento de la zona, puesto que hasta el momento sólo se habían encontrado restos de piezas muertas, destacando que tampoco se oían disparos, por lo que los agentes pensaban que utilizarían armas con silenciador.
Tras numerosos apostaderos nocturnos y entrevistas con los guardas particulares de campo, con los que existe un "excelente" clima de colaboración, la Guardia Civil llevó a cabo el pasado día 6 un dispositivo para interceptar a los furtivos.
Tras ser registrados, se les incautaron diversos cuchillos de grandes dimensiones, el martillo con el que presuntamente golpeaban la cabeza de los animales y varias artes de caza ilegal.
Los dos infractores, uno de ellos menor de edad, venidos expresamente desde Los Barrios para la caza furtiva, fueron denunciados ante la administración de Medio Ambiente y la Subdelegación del Gobierno en Cádiz.
La carne de los animales, tras ser analizada y decretado que era apta para el consumo humano, fue entregada bajo recibo a un comedor benéfico de la localidad.
Según ha resaltado la Guardia Civil, el método utilizado en este caso por los furtivos consistía en localizar las piezas y deslumbrarlas mediante el empleo de un potente foco luminoso para su inmovilización, posteriormente, soltaban un perro de presa para que efectuara el agarre del animal, después de esto, y haciendo gala de una "gran crueldad", abatían al animal a golpes de martillo.
Fiuente: Ecoticias.com
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