16 julio 2017

NO a las patentes de la cebada, la cerveza y su elaboración

NO a las patentes de la cebada, la cerveza y su elaboración
La cebada, la cerveza y su proceso de elaboración son viejas tradiciones al alcance de todos. Sin embargo, la Oficina Europea de Patentes (EPO, por sus siglas en inglés), ha concedido una patente a Heineken y Carlsberg de la cebada cultivada de manera tradicional. Con la patente, estas multinacionales pasan a ser dueñas de la cebada, desde la semilla hasta la jarra de cerveza. No solo quieren adueñarse de una tradición que existe desde hace miles de años, sino que con la patente, la EPO está violando la legislación europea. Es más, cada vez que aprueba una patente, la EPO gana dinero.

Tenemos la oportunidad de detener la patente de la cebada y la concesión de este tipo de patentes. El año pasado, la UE ya cedió ante la presión popular, cuando más de 570.000 europeos firmaron nuestra petición, y dictaminó que no pueden concederse patentes de plantas ni animales, a menos que estén modificados genéticamente. Ahora son los Estados miembros de la Organización Europea de Patentes quienes tienen el poder de exigir a su Oficina que actúe de acuerdo con la legislación vigente.



El próximo miércoles, tenemos otra oportunidad. Junto a más de 30 organizaciones medioambientales, vamos a protestar presentando una objeción legal contra las patentes de la cebada concedidas a Carlsberg y Heineken. Y de paso aprovecharemos para pedir que se impida que la EPO se salte la legislación europea.

En 3 días haremos entrega de estas objectiones a la Oficina Europea de Patentes en Múnich, conduciendo un carro cervecero típico de Bavaria tirado por seis caballos, al son de instrumentos de viento. Firma nuestra petición para que los dirigentes políticos sepan que somos miles, que venimos de todos los rincones de Europa y que no pararemos hasta que la EPO desestime la patente.

En los últimos años, la Oficina Europea de Patentes ha seguido concediendo patentes de plantas alimenticias como por ejemplo tomates, brócoli, melón y, ahora, la cebada. El alcance de dichas patentes es enorme: en este caso, incluye la cebada, el proceso de elaboración de la cerveza y la propia cerveza. Además, la patente abarca todos los tipos de cebada con las mismas características, independientemente de cómo haya sido cultivada. Esto significa que las fábricas de cerveza obtienen beneficios por partida doble: venden las semillas de cebada a los agricultores, les compran la cebada cultivada y después venden la cerveza al consumidor.

Controlarían todo el proceso, del campo al bar. Al mismo tiempo, la patente les da derecho a impedir que otros agricultores cultiven cebada de mejor calidad y les permite ampliar su dominio en el mercado, en detrimento de agricultores, consumidores y otros fabricantes de cerveza.

Vemos cómo la industria y la EPO pueden aprovecharse de las zonas grises en la legislación para sortear prohibiciones [3]. La EPO tiene unos ingresos anuales de mil millones de euros, procedentes de tasas, y obtiene dinero por la concesión de cada patente [4], permitiendo a las multinacionales ganar terreno en el mercado.

Con nuestras objeciones nos enfrentamos directamente a dos multinacionales cerveceras en un único caso. La EPO debe responder con una argumentación detallada y justificando su decisión.

Nuestra petición también solicita que los gobiernos de Europa obliguen a la EPO a respetar la regulación vigente. Su próxima reunión es a finales de mes en La Haya, y sabemos que este tema está incluido en la agenda.

Aunque la UE ha demostrado compromiso con este tema en los últimos meses, la Oficina de Patentes tiene que cambiar su modo de trabajar.

Con nuestro carro cervecero entregaremos todas las objeciones legales contra Carlsberg y Heineken. También transmitiremos nuestro mensaje a todos los gobiernos europeos que forman parte de la Organización Europea de Patentes.

Fuente: ecoportal.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si quieres hacer un comentario sobre este articulo, hazlo aquí, gracias.