El Gobierno de China está investigando una trama
de corrupción, sobornos y graves delitos económicos
protagonizados por directivos de la compañía farmacéutica
GlaxoSmithKline (GSK).
En un comunicado, el Ministerio de Sanidad acusó a
los sospechosos de ofrecer “grandes sobornos” a funcionarios del Gobierno
chino, asociaciones y fundaciones médicas, hospitales y médicos “con
el objetivo de ampliar el mercado de la compañía y subir los precios de
sus medicinas“.
El personal de ventas de GSK, según esa acusación, podría
haber estado sobornando a médicos en el país oriental para que
recetasen medicamentos de la compañía, al menos entre 2004 y 2010, aunque la
empresa aseguró después que no había encontrado ninguna prueba de sobornos
o corrupción. Esto es mentira ya que muchos laboratorios, y GSK no es
una excepción, como documento y narro en mi libro Laboratorio de médicos,
son los que de manera perfectamente planificada, fomentan esta corrupción
al dotar económicamente a sus visitadores médicos y exigirles realizar
estas prácticas; cumplir con los objetivos lo llaman.