15 julio 2013

La farmacéutica GlaxoSmithKline investigada de nuevo por corrupción

El Gobierno de China está investigando una trama de corrupción, sobornos y graves delitos económicos protagonizados por directivos de la compañía farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK).

En un comunicado, el Ministerio de Sanidad acusó a los sospechosos de ofrecer “grandes sobornos” a funcionarios del Gobierno chino, asociaciones y fundaciones médicas, hospitales y médicos “con el objetivo de ampliar el mercado de la compañía y subir los precios de sus medicinas“.

El personal de ventas de GSK, según esa acusación, podría haber estado sobornando a médicos en el país oriental para que recetasen medicamentos de la compañía, al menos entre 2004 y 2010, aunque la empresa aseguró después que no había encontrado ninguna prueba de sobornos o corrupción. Esto es mentira ya que muchos laboratorios, y GSK no es una excepción, como documento y narro en mi libro Laboratorio de médicos, son los que de manera perfectamente planificada, fomentan esta corrupción al dotar económicamente a sus visitadores médicos y exigirles realizar estas prácticas; cumplir con los objetivos lo llaman. 



El año pasado GSK acordó con el Departamento de Justicia de Estados Unidos pagar una multa de 3.000 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros) por falsear u ocultar información sobre tres medicamentos y por sobornar a médicos en 2003 para que recetaran uno de sus fármacos. El Departamento de Justicia estadounidense también inició en 2010 una investigación contra GSK y otras firmas farmacéuticas que cotizan en su país por presuntas violaciones de la Ley Estadounidenses de Prácticas Corruptas en el Extranjero, aunque la investigación todavía no ha concluido.

Estas prácticas se realiza de manera sistemática en muchos países. En Italia, por ejemplo, en 2004 la policía italiana descubrió la concesión de comisiones ilegales y regalos a miles de médicos italianos por parte de la farmacéutica GlaxoSmithKline como “premio” por recetar sus productos. 4.713 personas fueron procesadas acusadas de pertenecer a una red encargada de favorecer la venta de los productos de este laboratorio.

Varios meses antes otro fiscal, esta vez alemán, relacionó a 1.600 médicos de dicho país con la obtención de importantes regalos de GSK. Otros 5.000 galenos del país germano se sospechaba que podían incurrir en las mismas faltas.

Como dijo el fiscal general de Nueva York el año pasado por estas fechas Eric Schneiderman, tras conocerse el acuerdo cerrado por la multinacional británica con el Departamento de Justicia y 42 estados del país:

“no hay excusas” para comercializar de forma “engañosa” medicamentos no aprobados, ofrecer “sobornos” a los profesionales de la salud y “robar” a los contribuyentes.

La Administración sanitaria española conoce perfectamente la práctica del “tarugueo” (sobornar a los médicos) y mira para otro lado como si nada ocurriese. 

Insisto, GlaxoSmithKline ha actuado de manera similar en España. Su Departamento de Ventas en Andalucía tuvo una reunión hace tiempo por ello, aunque estaban más interesados en saber quién era mi fuente informativa que otra cosa. Es necesario que esto se investigue como explica este fiscal español.

Fuente: Miguel Jara

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