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La vida en la Tierra depende de los bosques, ya que los bosques son
fundamentales para mantener un clima estable almacenando grandes
cantidades de carbono. Los bosques primarios, o bosques vírgenes, están
desapareciendo rápidamente y de forma irreversible. El 80% de estos ecosistemas ya ha sido destruido o alterado
y el 20% restante está amenazado por diversas causas: expansión
agrícola y ganadera, tala ilegal, explotaciones petrolíferas, minería,
construcción de embalses y carreteras, etc.
Cuando se destruyen
estos bosques se liberan cantidades inmensas de dióxido de carbono
contribuyendo al agravamiento del cambio climático. La
deforestación y los cambios de uso de la tierra son responsables de una
quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, gases
responsables del cambio climático.