
“Entre las personas con alto riesgo cardiovascular, una dieta mediterránea suplementada con aceite extra virgen de oliva o frutos secos reduce la incidencia de eventos cardiovasculares mayores”, destaca el equipo de estudio.
“La dieta mediterránea tradicional contiene un gran consumo de aceite de oliva, frutas, frutas secas, verduras y cereales y consumo moderado de pescado y aves de corral; una baja ingesta de productos lácteos, carnes rojas, carnes procesadas y dulces y vino en moderación consumido con las comidas”, describen los médicos del equipo.
Las frutas secas corresponden usualmente a las avellanas, nueces y almendras.
El estudio se realizó durante casi 5 años a 7.447 personas de 55 a 80 años con alto riesgo de tener una enfermedad cardiovascular, pero sin haberla manifestado. Fue seguido por numerosos especialistas en España liderado por el doctor Ramón Estruch.
A cada uno de los participantes se le asignó una de tres dietas: la dieta mediterránea suplementada con más aceite de oliva extra virgen, una dieta mediterránea suplementada con más frutos secos y una dieta de control del tipo aconsejable para reducir grasas.
De las 7.447 personas, 288 participantes manifestaron eventos o signos cardiovasculares. 83 de ellos eran de la dieta mediterránea con frutos secos, 93 con más aceite de oliva extra-virgen y 109 consumían la dieta de control.
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