La dieta mediterránea que incluye un extra de frutos
secos o aceite de oliva extra virgen,
resultó la mejor para evitar los riesgos de enfermedades cardiovasculares
frente a una dieta de control de poca grasa, informó la revista de Medicina de
Nueva Inglaterra, Estado Unidos en su edición de febrero.
“Entre las personas con
alto riesgo cardiovascular, una dieta mediterránea suplementada con aceite
extra virgen de oliva o frutos secos reduce la incidencia de eventos
cardiovasculares mayores”, destaca el equipo de estudio.
“La dieta mediterránea tradicional contiene un gran consumo de
aceite de oliva, frutas, frutas secas, verduras y cereales y consumo moderado
de pescado y aves de corral; una baja ingesta de productos
lácteos, carnes rojas, carnes procesadas y dulces y vino en moderación consumido con las
comidas”, describen los médicos del equipo.
Las frutas secas
corresponden usualmente a las avellanas, nueces y almendras.
El estudio se realizó
durante casi 5 años a 7.447 personas de 55 a 80 años con alto riesgo de tener
una enfermedad cardiovascular, pero sin haberla manifestado. Fue seguido por
numerosos especialistas en España liderado por el doctor Ramón Estruch.
A cada uno de los
participantes se le asignó una de tres dietas: la dieta mediterránea
suplementada con más aceite de oliva extra virgen, una dieta mediterránea
suplementada con más frutos secos y una dieta de control del tipo aconsejable
para reducir grasas.
De las 7.447 personas, 288
participantes manifestaron eventos o signos cardiovasculares. 83 de ellos eran
de la dieta mediterránea con frutos secos, 93 con más aceite de oliva
extra-virgen y 109 consumían la dieta de control.
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