¿Cuándo van a aprender los gobiernos que los cultivos transgénicos son incontrolables?
Una enorme tensión se nota en los mercados mundiales de trigo tras el descubrimiento, por primera vez ,de un trigo modificado genéticamente no autorizado en una finca de EE.UU. Esta es una evidencia más de que los cultivos transgénicos no se pueden controlar.
El descubrimiento de trigo transgénico de Monsanto,
confirmada por las autoridades estadounidenses, provocó la alarma entre
los países que tienen relaciones comerciales con Washington,
una bajada de los precios del trigo y una amenaza para las exportaciones
estadounidenses. Sin embargo, es algo que no se puede considerar
totalmente inesperado.
El trigo transgénico detectado es un trigo tolerante a los herbicidas
(probablemente el MON71800) que Monsanto cultivó de forma experimental
en 16 estados de EE.UU. entre 1998 y 2005. Este trigo no fue autorizado y
nunca llegó a ser comercializado puesto que Monsanto retiró su solicitud en mayo de 2004 después de la oposición global masiva de agricultores, consumidores y ecologistas.
Pide ahora al Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por sus siglas en inglés) que prohíba inmediatamente los cultivos experimentales con transgénicos.
Pero, ¿entonces qué pasó desde los últimos cultivos
experimentales en 2005 y el anuncio de una contaminación en Oregón ocho
años más tarde? ¿cómo llegó hasta allí? ¿quién es responsable?
¿quién va a pagar la descontaminación? ¿la contaminación está limitada a
la finca de un agricultor en Oregón o es sólo la punta del iceberg de
un problema mucho más amplio? ¿Canadá, donde también se experimentó el
trigo transgénico, se verá afectada por la contaminación?
Cerca del 90% de la producción de trigo de Oregón se exporta principalmente a países asiáticos. Esta
contaminación empezará a afectar aún más el comercio internacional así
que más gobiernos asiáticos empiecen a efectuar pruebas para detectar
contaminación transgénica y requieran garantías de los EE.UU. (y,
posiblemente, de Canadá) de que las importaciones de trigo no están
contaminados con este trigo transgénico. De acuerdo con cifras de la Wheat Associates EE.UU.,
de los 11,4 millones de toneladas de trigo exportado por Oregón, el 50%
se vende a Asia del Este (China, Japón, Corea del Sur), 28% al Sudeste
Asiático, el 9% a América Latina y 9% al Oriente Medio.
Pese a que, según esta información es poco probable que llegue a la
UE, es importante recordar que la gran mayoría del trigo blando blanco
importado desde EE.UU. a la UE tiene como su destino final España, por
lo que hay que prestar especial atención a las posibles contaminaciones.
Greenpeace y otras ONG llevan advirtiendo acerca de la contaminación de nuestros alimentos y el medio ambiente debido a los cultivos transgénicos desde hace años. La contaminación por transgénicos amenaza los ingresos de los agricultores y el poder de elección del consumidor. Es una amenaza para el medio ambiente y plantea riesgos para la salud humana.
Ya ha habido demasiados incidentes de contaminación en el pasado y simplemente no merece la pena asumir los riesgos derivados de la contaminación por transgénicos.
También en España, principal país de la Unión Europea (UE)
que siembra cultivos transgénicos a escala comercial y el que alberga
casi la mitad de los cultivos experimentales de la UE, se han dado muchos incidentes de contaminación por transgénicos.
Las autoridades estadounidenses afirman que este trigo transgénico es "seguro" basado en lo que Monsanto
les dijo, de que "esta variedad de trigo no presenta diferencias
significativas en cuanto a la composición, seguridad, o cualquier otro
parámetro relevante, respecto al trigo que se cultiva, comercializa y
consume actualmente". Pero ¿por qué confiar en Monsanto para
proporcionar datos científicos rigurosos e imparciales de su propio
producto, cuando tiene grandes intereses comerciales en juego? ¡El lobo guardando a las ovejas!
Los creadores del trigo transgénico y las autoridades del gobierno
han dicho en repetidas ocasiones que el trigo modificado genéticamente
no puede contaminar el trigo convencional o el ecológico, ya que es
predominantemente autógamo (es decir, el polen no se propaga muy lejos, a
diferencia de la polinización cruzada de cultivos como el maíz y la
colza).
Muy recientemente escuchamos algo similar en España de la
boca del investigador responsable del desarrollo de un trigo transgénico
con bajo contenido en gluten y que se pretende sembrar de forma
experimental a cielo abierto en la provincia de Córdoba. En la noticia que hacía eco de esta solicitud se podía leer “Barro considera muy improbable que haya una fuga, ya que "el polen del trigo es muy pesado" y no viaja largas distancias con el viento”. Parece
que no es tan improbable que exista una fuga, por lo que no se debe
autorizar este cultivo experimental ni ninguno otro, y en este caso muy
especialmente, puesto que el trigo es el segundo principal cultivo de
España.
A pesar de que el polen del trigo sea “muy pesado”, la contaminación de trigo transgénico ha sucedido.
Al igual que en otros tipos de contaminación con transgénicos, la ruta
de contaminación no está clara. Por ejemplo en el año 2006, Bayer dijo
que la contaminación masiva de arroz en EE.UU. con una variedad
experimental de arroz denominada LL601 fue un "acto de Dios"!
A principios de este año, la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe (Lecciones tardías de alertas tempranas: ciencia, precaución, innovación),
que documenta "que el mal uso o negligente del principio de precaución
puede ser perjudicial y costoso". La EEA revisó ampliamente los
problemas de los cultivos transgénicos y mostró como son un obstáculo y
una distracción a las soluciones que puede aportar la agricultura
ecológica.
La contaminación con el de trigo transgénico de Monsanto demuestra
una vez más que las medidas establecidas por la industria y los
gobiernos para evitar la contaminación proveniente de cultivos
transgénicos no está sirviendo para nada. La única solución permanente es prohibir inmediatamente los cultivos experimentales con transgénicos. Ante este escándalo la oficina de Greenpeace en EE.UU. activó una petición de prohibición de los cultivos experimentales en este país.
Pero, necesitamos un cambio mucho más radical. El mundo necesita con
urgencia cambiar hacia la agricultura ecológica y dejar de lado de una
vez la agricultura industrial basada en la química intensiva y el uso de
transgénicos, y así apartarse de los riesgos ambientales a los que
representa.
Fuente: Greenpeace
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