La
industria azucarera internacional conocía desde 1950 los efectos
nocivos que el azúcar tiene en la salud dental, pero influyó
decisivamente para que los programas públicos de salud no promovieran la
reducción del consumo de ese producto, sino que investigaran soluciones
científicas para contrarrestar esos efectos.
Así
se desprende de un conjunto de documentos de entre 1959 y 1971,
básicamente correspondencia interna de una treintena de empresas del
sector asociadas, que ahora han sido analizados por varios
investigadores de la Universidad de California San Francisco. El estudio
analiza sobre todo la complicidad histórica entre el lobby de EE.UU.
del azúcar y el programa contra la caries lanzado por la Administración estadounidense en el año 1971.
«Fueron
tácticas llamativamente similares a las que hemos visto en la industria
del tabaco en la misma era», afirma Stanton Glantz, uno de los tres
firmantes del estudio publicado recientemente en la revista científica
PLOS Medicine.
Las
acusaciones realizadas en su día contra las grandes tabacaleras de
haber conocido desde hacía años las dañinas consecuencias del tabaco
llevaron a indemnizaciones millonarias en la década de 1990 a personas
que desarrollaron cáncer y otras enfermedades debido al hábito de fumar.
Aquellos acuerdos judiciales de las tabacaleras con cada uno de los
estados de EE.UU. y con el Departamento de Justicia estadounidense
fueron todo un hito sobre el precio a pagar por ocultación de efectos
nocivos. La nueva revelación también podría desembocar en demandas.
«Nuestros
hallazgos son un despertador para los responsables gubernamentales
encargados de proteger la salud pública y para las entidades activistas
en favor de ella, de modo que entiendan que el sector del azúcar, como
el del tabaco, busca proteger sus beneficios frente a esa salud
pública», dice Glantz en el artículo de PLOS Medicine.
La
investigación analiza 319 documentos –un total de 1.551 páginas– que
pertenecieron a Roger Adams, un profesor emérito de química orgánica que
trabajó para la Sugar Research Foundation y también asesoró a la
International Sugar Research Foundation. A su muerte los llamados
«papeles de Adams» pasaron como legado a la Universidad de Illinois y
ahora han sido investigados.
Fomentó planes de salud
De
acuerdo con toda esa documentación, al menos ya en 1950 estaba asentado
internamente que la ingesta de azúcar podía provocar caries. Pero en
lugar de promover políticas públicas que llevaron a una reducción del
consumo, dirigidas a la población en general o concentrada en algún
grupo de edad, como es el caso de niños y adolescentes, la industria
azucarera fomentó que los planes de salud se dirigieran a limitar el
impacto. Así, se aportaron fondos para investigación sobre enzimas que
rompen la placa dental y para el desarrollo de una vacuna contra la
caries.
Durante
las décadas de 1960 y 1970, la Sugar Research Foundation estrechó su
relación con el National Institute of Dental Research de Estados Unidos,
sobre cuyas políticas influyó decisivamente. En 1969 ese instituto
estatal indicó que aunque concentrarse en la disminución del consumo de azúcar
era «teóricamente posible», no era un planteamiento práctico como
medida de salud pública. En 1971 llegó a incorporar en sus
recomendaciones para el Programa Nacional contra la Caries hasta el 78
por ciento del contenido del informe aportado por la fundación patronal.
Según
Cristin Keams, otro de los tres autores que han analizado los «papeles
de Adams», «la comunidad dental siempre ha sabido que prevenir la caries
requiere restringir la toma deazúcar.
Es decepcionante darse cuenta de que las políticas que hoy estamos
debatiendo podían haberse implantado hace más de cuarenta años».
Los
autores también advierten que la actual posición del sector sigue
siendo que los asuntos de salud pública relacionados con el azúcar
deberían concentrarse en el uso de pasta dentrífica de fluoruro,
empastes y otras maneras de reducir la afectación sobre el diente, en
lugar de limitar el consumo.
Como
recomendación apuntan que no se permita a las compañías azucareras que
bloqueen iniciativas que se están adoptando internacionalmente, como la
promovida por la Organización Mundial de la Salud, que aconseja reducir el azúcar a menos del 10 por ciento de la toma diaria de calorías.
Para Laura Schmidt, autora también del estudio, «existe una clara evidencia que ahora vincula el exceso en el consumo de azúcar con
enfermedades cardiacas, diabetes y dolencias que afectan al hígado,
además de la caries». «Los tiempos claramente han cambiado, pero todo
esto nos aporta una gran lección sobre lo que ocurre si no somos
cuidadosos en mantener la integridad científica», dijo sobre la
connivencia histórica vista entre el sector productor de azúcar y los
responsables de salud de Estados Unidos.
Los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.
estiman que más de la mitad de los niños y adolescentes estadounidenses
tiene cavidades en sus dientes adultos, y que el 15,6 por ciento de
quienes tienen entre 6 y 19 años tienen caries que no son tratadas y que
pueden conducir a la pérdida de dientes, infecciones y abscesos.
Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20150310/abci-azucar-caries-estados-unidos-201503101840.html
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