“Lo bosques y selvas, además de concentrar biodiversidad considerable, juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Son nuestra esponja natural y paraguas protector. Cuando perdemos bosques nos volvemos más vulnerables ante las intensas lluvias y corremos serios riesgos de inundaciones”, señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace Argentina.
Según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, desde la sanción de la Ley de Bosques (noviembre de 2007) hasta fines de 2014 se deforestaron en el país más de 2 millones de hectáreas, de las cuales 620 mil hectáreas eran bosques protegidos.