Aunque pueda parecer una broma, es la pura realidad. Se trata de Arabia Saudí, un país que hace una semana fue incluido en la 'lista negra' de las Naciones Unidas por matar y mutilar niños en el marco de la guerra contra Yemen. Esta decisión se basó en los datos proporcionados por el propio organismo y que ratifican la responsabilidad de la Coalición Saudí en el 60 por ciento de los 785 asesinatos de menores en este pobre país árabe durante el último año.
Cuando apareció el informe y, posteriormente la lista, la ONU se declaró en estado de shock ante el horrendo impacto sufrido por la población infantil en las diversas zonas de conflicto, entre ellas Yemen. No obstante, después de las presiones de Arabia Saudí a través de su representante, Abdulá al-Moualimi, este impacto fue temporal porque todo cambia y se olvida.
La ONU, para no quedar mal ante la opinión internacional por retractarse, dice que la salida de Riad de la lista es "momentánea", pero para nadie resulta ajeno que no es más que un espectáculo, ya que el embajador saudí ante la ONU reiteró que, de momento, no existen pruebas y que esa decisión es definitiva y no cambiará.