"Rusia ha prohibido por completo los transgénicos, y ha impuesto una moratoria a los organismos genéticamente modificados (OGM) de 10 años. Esa nación rechaza los transgénicos debido a los numerosos riesgos para la salud humana, mientras que EE.UU. continúa apoyando a consorcios como Monsanto y Syngenta", condena la periodista Christina Sarich en su artículo en el portal 'Global Research'. Según el portal, las semillas de ingeniería genética son tóxicas pero el Gobierno norteamericano apoya este "acto de tiranía contra el pueblo".
Además señala que tanto el Departamento de Estado como el poder Ejecutivo estadounidense han estado actuando como agentes de marketing para las empresas que patentan las semillas básicas para la supervivencia humana.
"Nuestros funcionarios electos planean implementar una oscura ley negando a los estadounidenses el derecho a saber. A principios de año un proyecto de ley fue presentado en el Congreso, y en caso de ser aprobado, suplantará a las leyes estatales sobre el etiquetado de los transgénicos", señala.



















