En China, GlaxoSmithKline (GSK) acaba de ser
acusada de sobornar por millones de dólares a médicos locales. De nuevo.
No es ni mucho menos la primera vez aunque sí sea la última (¿penúltima?).
Narro en mi libro Laboratorio de médicos, que GSK, como buena parte de las
farmacéuticas, desarrollan estas campañas de manera perfectamente planificada, han fomentado
esta corrupción al dotar económicamente a sus visitadores médicos y
exigirles realizar estas prácticas.
No es un “cuento chino”. Sin salir de Argentina, la
compañía Pfizer, la número uno del ranking mundial
tras GlaxoSmithKline, ha
sido acusado de practicar “una conducta delictiva” y de financiar “un oscuro sistema
de sobornos a los médicos en el marco de la cadena de comercialización de
los medicamentos”, según dictaminó el Juzgado Nacional de lo Criminal de
Instrucción Número 27 de Buenos Aires (Argentina), durante un juicio
contra dos de sus ex jefes de zona del departamento comercial.