A pesar de no
disponer de una sólida base científica y de no actuar con transparencia
en el acceso a la información, algo que debiera ser inherente a la
ciencia, la pretensión de configurar el núcleo genético del suministro
de alimentos en todo el mundo se ha basado fundamentalmente en la
propagación de mentiras. Para su avance y superveniencia ha sido crucial
la tergiversación de la realidad, en la medida en que más de treinta
años después del desarrollo de la primera planta modificada
genéticamente, la gran mayoría de la gente de todo el mundo (incluyendo
miembros de los Gobiernos, periodistas e incluso científicos) siguen
siendo engañados sobre importantes cuestiones.
Por otra parte, contrariamente a lo gente cree, la Industria Biotecnológica no ha sido la principal fuente de mentiras.
En cambio, las
principales interpretaciones arteras han sido lanzadas por Agencias
gubernamentales e Instituciones científicas, que se supone son
organismos respetados y formadas por eminentes científicos
Los siguientes párrafos
describen varios de estos engaños y artimañas que han sido
fundamentales para que los alimentos modificados genéticamente sigan
expandiéndose, todo ello documentado con detalle en libro: Genes alterados, la verdad tergiversada.