Es decir, mientras la crisis estrangulaba los bolsillos de los contribuyentes, las compañías con mayores beneficios del país incrementaron hasta un 228% su presencia en territorios con un régimen tributario extremadamente favorable. Una tendencia que no parece frenarse: sólo entre 2013 y 2014, el número de filiales de empresas del Ibex en paraísos fiscales se incrementó un 10%.
Aunque esta práctica no es ilegal, en la mayoría de casos la domiciliación de estas empresas en lugares como Delaware (417 filiales), Holanda (131), Irlanda (65), Luxemburgo (55) o Islas Caimán (29), no está relacionada con la producción de bienes o servicios en esos territorios, sino que responde a operaciones financieras que les permiten eludir el pago de unos impuestos que, de otra manera, irían a parar a las arcas públicas del Estado. Por ejemplo, y según refleja el informe, las filiales del Banco Santander en paraísos fiscales le reportan de media una rentabilidad 2,7 veces mayor que la actividad global del banco. En el caso del BBVA esa rentabilidad es hasta 4,45 veces superior.