Después de que Bruselas rechazara una
prórroga para seguir superando límites de contaminación del aire, el
consistorio tergiversa la decisión.
La reacción del Ayuntamiento de Madrid ante la decisión de la Comisión Europea intenta lo imposible: dar una lectura positiva a una noticia pésima. Después de que Bruselas comunicara la denegación de prórroga para seguir excediendo los límites de dióxido de nitrógeno en el aire de la ciudad, el consistorio ha presentado una interpretación tremendamente forzada que trata, en vano, de ocultar que las cosas se han hecho muy mal desde hace mucho tiempo. La respuesta es decepcionante y cínica, a juicio de Ecologistas en Acción.
La reacción del Ayuntamiento de Madrid ante la decisión de la Comisión Europea intenta lo imposible: dar una lectura positiva a una noticia pésima. Después de que Bruselas comunicara la denegación de prórroga para seguir excediendo los límites de dióxido de nitrógeno en el aire de la ciudad, el consistorio ha presentado una interpretación tremendamente forzada que trata, en vano, de ocultar que las cosas se han hecho muy mal desde hace mucho tiempo. La respuesta es decepcionante y cínica, a juicio de Ecologistas en Acción.