La
decisión del Parlamento del Reino Unido de autorizar la construcción de
10 nuevas plantas de energía nuclear se ha hecho en base a unos
presupuestos falsos, dice el Prof. Peter Saunders
El compromiso del Reino Unido con la energía nuclear
A
principios de mayo de 2012, Japón paró la ultima central de energía
nuclear para un mantenimiento rutinario de seguridad, dejando al país
tras el accidente de Fukushima con todas sus centrales nucleares fuera
de servicio por primera vez en 40 años (1). Antes de la catástrofe de
Fukushima, Japón producía el 30% de su energía a partir de la energía
nuclear. Miles de personas se manifestaron en Tokio para celebrar lo que
se pensaba era el final de la era nuclear en Japón.
Otros
países también se han replanteado la energía nuclear, tales como
Alemania e Italia, que ya han decidido prescindir de ella y otros, como
Japón, también podrían seguir los mismos pasos [2] (Fukushima Fallout (SiS
51), pero el Gobierno del Reino Unido está decidido a seguir adelante
con la construcción de al menos 10 nuevos reactores. Dicen que esta es
la única manera de satisfacer nuestras necesidades energéticas futuras y
de paso cumplir con nuestro compromiso de reducir las emisiones de
carbono, añadiendo además que la energía nuclear es la alternativa más
barata a los combustibles fósiles y más segura que el carbón. Cada una
de estas afirmaciones se contradicen con las evidencias, como ya se ha
demostrado en numerosos informes.