Síndrome postvacunal frente a
gripe A. Ese es el diagnóstico que obtuvo una persona tras ponerse la vacuna
contra la gripe A. Puede no ser un caso aislado.
Su cardiólogo le recomendó
que por su afección (una miocardiopatía ligera) se vacunase contra la
gripe A, la de la famosa pandemia inexistente. Fue uno de los primeros que
se inoculó la vacuna en nuestro país -acordaos de cómo se utiliza el marketing
del miedo para promover esta y otras vacunas y medicamentos.
El preparado farmacológico
le produjo, durante unos dos meses, una especie de gripe en la
que la fiebre no terminaba de quitársele, mucha tos y dolores musculares.
Una vez pasado este tiempo y
habiendo finalizado este cuadro, comenzó a sentirse muy cansado. Es un hombre
que había dejado de fumar hacía más de 15 años, no bebe alcohol y caminaba
todos los días unos dos kilómetros. Comienza a sentirse muy cansado y a sentir
presión en el pecho.
A partir de entonces se suceden
los altibajos en los que no deja de salir y entrar del hospital. Le
pusieron un montón de bolsas de plasma y sangre y le realizaron infinidad de
pruebas para ver de donde venía el perder tanta sangre como perdía.